Por varios motivos
Primero porque ya hay muchas. Porque una se instala al lado de otra. Algunos no tienen estructura, comienzan sin capital. Otras, tienen un surtido muy acotado. Muchas, se instalan en lugares aislados, no comerciales. Algunos, no entienden el rubro. Otros, no saben qué está pasando. Falta evaluación sobre la oportunidad de negocio.
Antes de instalar una dietética.
Escribo la presente nota, porque existe mucha preocupación en el rubro. El mejor momento para divorciarse es antes de casarse. O mejor momento para desactivar una dietética es antes de instalarla. Eso es lo que está pasando en algunos lugares: arranca (desde la esperanza y la ilusión), luego constata que el negocio no es sustentable y cierra. Todos los días, cierran dietéticas y abren dietéticas. Hay improvisación, apresuramiento y falta de análisis sobre la factibilidad, sobre la oportunidad de negocio.
La primera pregunta es: ¿Estoy frente a una oportunidad de negocio?
La mayoría no se hace tal pregunta. Es legítimo querer concretar un sueño, pero sueño comercial sin éxito es ilusión. Actualmente, existe una gran oleada mundial que predica la vida sana, hace proselitismo del cuidarse. De esa gran consigna “vida sana” brota el sueño emprendedor. Mucha gente se embarca sin chaleco salva-vidas. Como se dice en Brasil: “no siempre la marea está para peces”.
Aquí a la vuelta
Comencemos por una de las características de la dietética: es un negocio de proximidad. Ultra proximidad. Los clientes siempre vienen de (más o menos) cinco cuadras a la redonda. Las excepciones son muy pocas. Aquí, es prioritario caminar por el barrio y contabilizar la situación. ¿Cuántos competidores ya tengo en el territorio de esas cinco cuadras?
¿Lo hacen? Pareciera que no, porque, por lo que registramos en la realidad, el ambiente se está saturando de dietéticas. Encontré gente que me comentó, justificándose:
-Pero yo voy a tener productos a mejor precio.
-Yo voy a tener solamente productos realmente de dietética.
-Voy a hacer entregas a domicilio sin cargo.
-Pienso tener solamente productos que son realmente saludables.
Resumidas cuentas: piensa en “diferenciarse” de una forma que está lejos de ser una diferenciación.
¿Lugar es comercial?
Comercio, por la propia definición, es comprar y vender. Oferta y demanda.
La dietética debería ser instalada en un centro comercial. Donde encontramos gente comprando y vendiendo.
Puede ser un «centrito». Pero tiene que ser comercial. Muchas dietéticas se instalan en lugares sin movimiento. No entiendo la decisión. Tuve argumentos de que el alquiler resulta más barato. Hay alquileres baratos que son caros y hay alquileres caros que son baratos.
No siempre tiene que ser algo como la peatonal de Lomas de Zamora, la calle Muñecas en Tucumán, o Cabildo y Juramento en Buenos Aires. Para darles una idea: en Santos Lugares, cerca de la Iglesia de Lourdes, ese es un pequeño centro comercial. Lo mismo ocurre con la calle céntrica 1° de Mayo en Loma Hermosa. Son centros comerciales. El comercio se beneficia de la sinergia entre varios rubros que se complementan. Instalar una dietética en el desierto, es para esperar que pase algún beduino.
No escuchar el canto de sirenas
Evitar esas calles sin tránsito peatonal, por más que el propietario (o la inmobiliaria) le asegure que por allí pasan miles de autos. Doy un ejemplo: en Villa Urquiza, tenemos un tramo de la calle Mariano Acha, un paso de nivel. Circulan miles de autos, de un lado para otro. Los propietarios argumentan eso mismo: por aquí pasan miles de personas. Pero la realidad es que cada seis meses abre un nuevo comercio y cierra algún otro. Pues mucha gente abre un negocio, lleno de esperanzas e ilusiones. Gasta lo que tiene ($$$) paga dos meses de depósito, mes adelantado, refacciones. Compra el primer stock y se sienta a esperar el cliente (que no aparece). A los pocos meses, cierra. Entonces, el propietario vuelve a ofrecer en alquiler, cobra otra vez el mes adelantado, los meses de depósito. O sea, el negocio redondo del propietario es «volver a alquilar».
Continuará…
Helio Perotto*
CONVIVIR
*Helio Perotto es brasileño y ciudadano italiano. Psicólogo, educador, con posgrado en comunicación comercial y teleeducación. Desde el año 2001 escribe regularmente y exclusivamente para los lectores de CONVIVIR. El público merece buena prensa. Es empresario PYME, dueño de las marcas Samurai, Gurfi. Y, como noticia, publicó un libro cuyo tema es: Marketing para productos naturales.
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