El cuerpo se nutre con todo aquello que lo conecta con el universo de las personas y de las cosas. Tomamos a través de nuestros sentidos, esos nutrientes o toxicidades que nos brindan los contactos. Luego lo filtramos, degustamos, reciclamos, para después soltar, responder, exhalar, lo que se ha procesado. Hoy, el sentido del tacto se ha resignificado, y nos vimos obligados, obligadas a recrear otros modos de vincularnos cuando el abrazo, las caricias, los besos se han convertido en una amenaza a la salud física y han afectado nuestra salud emocional. Hoy, creo necesario penetrar en otras posibilidades de registro y así experimentar, por ejemplo, que, no solamente el tacto nos hace vibrar la piel o sentir que tenemos cerca a alguien querido. Mi esfera de exploración se centraliza en el tipo de energía que acaricia nuestra piel o penetra a través de sus capas cuando estamos frente a otro, ya sea cuerpo a cuerpo o mediado por otras cosas. La energía sale y circula, aunque haya otros objetos que limitan ese espacio. El “contacto consciente” es un acto voluntario que da la posibilidad de abrir paso a la energía, la actitud, los gestos, el sonido de la voz y los movimientos. En este momento, donde se nos ha limitado un modo habitual y visceral de contacto que es el tocarse piel a piel, necesitamos de otros recursos para acercarnos, algunos de ellos son: la música, las palabras, los gestos, la mirada, los silencios. Con el “contacto consciente” uno advierte lo que está palpando, acariciando, tanteando, rozando o radiando, aunque no lo toque con su piel.
Desde mi registro como terapeuta corporal estoy experimentando una experiencia muy valiosa con la corporalidad mediada por la tecnología y deseo ofrecer ciertas observaciones y recursos útiles para adaptarnos positivamente a este imprevisto que nos ha tocado vivir. El uso saludable de las nuevas tecnologías hoy nos ha conducido a resignificar los modos de contactarnos consigo y con el otro. Actualmente, en esta etapa de recogimiento, donde estamos viviendo una transformación en los modos de comunicarnos es muy importante explorar la potencia energética de nuestro cuerpo que nos otorga la posibilidad de fortalecer habilidades como la intuición, la sensopercepción, escucha de la voz corporal. Aprovechemos esta oportunidad para advertir más allá de los límites de la piel porque es un mundo muy interesante para investigar y que nos revela sorpresas muy asombrosas.
Alejandra Brener
Terapeuta corporal bioenergetista
espacioatierra@gmail.com
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