La imaginación es el arma principal del estudiante espiritual

Las personas creamos lo que imaginamos. Visualizar es igual que imaginar. Cuando pensamos construimos una imagen mental, le estamos dando forma en otra dimensión, con material sutil, y luego esa creación desciende al mundo físico, la tercera dimensión, y cobra realidad.
Una vez que comprendemos la importancia del pensamiento y de la imaginación, aprendemos a cuidar las formas de pensamiento que creamos a diario.
La otra arma es el poder de la palabra.
Nos fue dada una capacidad creadora al hablar, un poder que permanecía olvidado por la gran mayoría y que ha sido rescatado para esta época. Por medio de la palabra y sus vibraciones podemos mejorar los distintos aspectos de nuestra vida. Una manera de utilizar el poder de la palabra es mediante los decretos. Cuando asumimos la responsabilidad de meditar, estamos reconociendo que queremos superarnos y mejorar. Y cuando mayor es el grado de la responsabilidad asumida, comprendemos que fuimos creados para ser una fuente de bendiciones y cuidamos cada palabra que sale de
nuestros labios, porque nos reconocemos como depositarios de un inmenso poder, el que mediante el esfuerzo personal se acrecentará.

Decreto por el Orden

Yo Decreto que se restablezca el
Orden.
Que se restablezca el Orden Divino en mi cuerpo, en mi mente y en mis asuntos.
Yo Decreto que se restablezca el
Orden Divino en el mundo.
Que en cada una de mis células y en cada una de las células de toda la humanidad, se restablezca el
Orden Divino.
Acepto que se restablezca el Orden
Divino en este Mundo.

Marta Susana Fleischer

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