La presencia de un dolor físico, como un signo de alarma, coloca a la persona en una situación de alerta: algo no está bien. Los dolores físicos adquieren entonces un papel protagonista.
El dolor se presenta como un síntoma incapacitante que comienza a interferir en la movilidad de las personas, en la realización de las actividades diarias; en muchos casos por diversas enfermedades, que pueden ser muy heterogéneas en lo que se refiere a variables como: las causas, el curso y los síntomas asociados o el pronóstico.
Cuando un dolor comienza a ser crónico, es una experiencia que sitúa a las personas que lo sufren, bajo niveles altos de estrés, que atenta contra su bienestar. Está comprobado científicamente que asociado al dolor físico se encuentra proporcionalmente e indisolublemente el dolor emocional formándose un círculo entre ellos.
El dolor emocional, el sufrimiento psicológico, es a veces peor que el físico y tan real como él. Frente a un dolor físico, se unen muchas veces emociones negativas, que restan calidad de vida y predicen de forma significativa “mayores niveles de estrés y dolor físico”.
Estas emociones negativas son estados de ansiedad, miedos, depresión, tristeza, enojo, ira, como tantas otras emociones ligadas al dolor, y según las patologías.
Este “círculo” es un proceso complejo, psicológico que atraviesan las personas después de sufrir una disminución en su calidad de vida frente al dolor. En una primera instancia se pasa por la aceptación de que algo desagradable y amenazante puede estar sucediendo, y esto nos ubica ante retos trascendentes donde se deben tomar decisiones y buscar realizar, como una necesidad imperiosa, un trabajo terapéutico profundo e integral.
Ante estas situaciones debemos recurrir a la consulta con un especialista de la Salud, quien realizará una evaluación integral de la persona y, las posibles causas de lo que está padeciendo. Para así desarrollar estrategias que conduzcan y consigan aminorar el nivel del dolor; para finalmente encontrar un poco de paz con la situación por la que se atraviesa y continuar fortalecidos por la vida
Lic. Lidia B. Carnuccio
Psicóloga (UBA) M.N. 44204
Equipo interdisciplinario Rebiogral
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