Para reforzar la acción de cremas y shampúes, mucho puede hacer una dieta específica, direccionada a fortificar los cabellos frágiles y quebradizos.
Como primera medida, dos cucharadas diarias de levadura en copos, (una por la mañana y otra antes de la cena), mezcladas con yogur, jugo de naranjas, o espolvoreadas sobre una ensalada, como fuente natural de vitaminas del grupo “B”.
A la vez ejercerán una beneficiosa acción sobre piel, uñas, y combatirán cansancio y stress. Aquí conviene apuntar que el tabaco y el café producen debilitamiento y caída del cabello.
Disminuir el consumo de sal de mesa y reemplazar por sal marina, sales bajas en sodio sal del himalaya, e incluir en la dieta al vinagre de manzanas, son otras medidas que favorecerán la circulación y por lo tanto la salud capilar.
La vitamina “A” será provista, entre otros alimentos, por zanahorias, calabaza, tomates y pescados.
En cuanto a la vitamina “C”: además de kiwi, naranjas, limones y otros cítricos; la proveen las semillas de sésamo.
Otros alimentos beneficiosos: ajo, cebolla, ají, berros, puerros crudos, brotes de alfalfa (el alimento más importante en estos casos); perejil y lechuga.
En cuanto a la parte externa, productos cosméticos naturales que contengan aceite de jojoba, avena, aceite de rosa mosqueta, miel, germen de trigo, ginseng o lecitina de soja; acompañados de masajes diarios para desobstruir los capilares y lograr que aumente el oxígeno, siempre ayudarán.
También contribuirá a la irrigación de los cabellos, para ello hay que mantenerse unos minutos cada día con la cabeza en posición más baja que el resto del cuerpo.