Podría decirse que la meditación es el arte de aquietar los pensamientos. Es una herramienta inmensamente valorada en salud y muy estudiada desde las neurociencias. Cuando meditamos llevamos el plano mental a un estado de quietud muy placentero que habilita el buen fluir de nuestra energía. Como todo en el Universo, los seres humanos también estamos formados por átomos, partículas que a su vez contienen otras que se mueven en su estructura, y todas éstas VIBRAN. Aquí aparecen conceptos tales como frecuencias de vibración, rangos, conexiones entre vibraciones y estados de equilibrio, calma o estrés, etc. Teniendo en cuenta que vibramos, al desarrollar esta práctica de meditación es que podemos notar una increíble diferencia en el estado físico, emocional y mental cuando meditamos a cuando andamos a mil, desconectados, en automático, apurados, tristes o bajo cualquier alteración que impacta directamente en nuestro cuerpo. Meditar es guiar la propia energía, concentrarse en una sola cosa, que bien puede ser tu respiración, tu deporte preferido, pintar, caminar, cantar, o cualquier actividad que te lleve a bajar las revoluciones y a distender la mente. De meditar resulta un momento en el que el flujo de pensamientos disminuye, así como el ritmo cardíaco, el estrés físico y entonces el cuerpo puede disponer de energía suficiente, ya no para alterarse o des- alterarse, si no para llevar adelante sus funciones vitales sin “tapar agujeros”. Meditar nos conecta con el disfrute de la vida, la valoración del Ser, de todo y todos, y con el amor. Amor propio, al otro, a la Naturaleza, a la vida entera. Me y les deseo más meditación, vale por un minuto, dos, cinco, o el tiempo del que se disponga. Feliz cierre de este flash que ha sido este período 2022.
Por Marina Ardenghi
Health Coach
Lic. en Química
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