El número de personas con diabetes se encuentra en constante aumento en todo el mundo y Argentina no es ajena a esta situación : según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud 1 de cada 10 personas mayores de 20 años padece esta enfermedad y , el 90% de este grupo, tiene la tipo 2, la cual se relaciona con muchos factores entre ellos: los procesos de crecimiento y envejecimiento de la población, la creciente urbanización, y la alta prevalencia de obesidad y sedentarismo.
Lo más curioso y alarmante es que la mitad de las personas con diabetes no lo saben. La DMT2 es una enfermedad de carácter silencioso en sus primeras etapas. Esto, entre otras variables, determina que un elevado porcentaje de quienes la padecen desconozcan su condición y el diagnóstico frecuentemente se produzca en forma tardía ante la aparición de alguna de sus complicaciones. Lo más preocupante de esto es que al no ser diagnosticado tempranamente no se logra un buen control de la enfermedad, ya que la detección temprana es clave para evitar las complicaciones propias de la patología o, al menos, retrasarlas.
Estar enfermo de diabetes, significa tener un conjunto de trastornos metabólicos, caracterizadas por un alto nivel de glucosa en sangre, resultado de defectos en la capacidad del cuerpo para producir o usar insulina, que durante su evolución y en función del grado de control, la edad y la persona, puede asociarse o no al desarrollo de complicaciones a lo largo de su vida.
¿Cómo se puede prevenir la diabetes? Con hábitos y estilo de vida saludable, entre ellos podemos nombrar:
• Aumentar el consumo de frutas y hortalizas,
• Evitar los alimentos con alto contenido en sodio (fiambres, embutidos, aderezos, productos de copetín, quesos, etc.)
• Cocinar sin agregar sal. Reemplazarla por hierbas y condimentos
• Realizar 6 comidas diarias: 4 principales y 2 colaciones
• Consumir carnes rojas o blancas (pollo o pescado) no más de 5 veces por semana.
• Evitar el sobrepeso.
• Sumar al menos 30 minutos diarios de actividad física de manera continua: usar escaleras, caminar, bailar, etc.
• No fumar. Incluso pocos cigarrillos por día son muy dañinos para las arterias, en especial para las personas con diabetes.
Una vez que se diagnostica diabetes hay que comenzar el tratamiento en forma inmediata, siempre personalizado, sabiendo que no hay dos enfermos iguales.
Tener diabetes bien controlada significa mantener los niveles de glucosa en valores normales y para eso el tratamiento debe ser el adecuado y controlado por un equipo de salud interdisciplinario que involucre a médicos, enfermeros, nutricionistas, podólogos y psicólogos, entre otros especialistas.
El tratamiento para diabetes se basa en 4 pilares:
– Plan de alimentación saludable
– Actividad física
– Tratamiento farmacológico: medicación vía oral o inyecciones de insulina, dependiendo de los factores de riesgo asociados.
– Educación diabetológica: Incorporar conocimientos acerca de la enfermedad y las estrategias para los cuidados cotidianos es un componente esencial del tratamiento de la diabetes y otras enfermedades crónicas.
Al hablar de alimentación equilibrada se hace referencia a mantener una alimentación equilibrada y saludable. Los consejos básicos son: Consumir 2 a 3 frutas al día (preferentemente con cascara y evitar jugos). Tratar de reducir al mínimo el consumo de grasas, dando preferencia a al consumo de aceite de oliva, palta, frutos secos y semillas. Usar el esquema del plato para comer en forma variada y completa: la mitad siempre verduras, crudas y/o cocidas, de todo tipo y color; un cuarto con proteínas (carnes magras, aumentando el consumo de pescado, huevos o quesos magros) y el otro cuarto del plato con hidratos de carbono (preferir integrales, legumbres, granos enteros y pastas de laminado grueso).
En una alimentación equilibrada nunca hay que olvidar una adecuada ingesta de líquidos, preferentemente agua, 2 a 3 litros por día.
Los azucares refinados (azúcar de mesa, golosinas, bebidas azucaradas, tortas, postres, helados, etc) tendrían que ser de consumo ocasional y siempre controlado.
En relación a la Actividad física recomendada como parte del tratamiento, tenemos que saber que el objetivo es disminuir la glucemia, mejorar la masa muscular, disminuir la masa grasa y mejorar la calidad de vida. Se recomienda realizar un plan de 150 minutos semanales de actividad aeróbica y de resistencia repartidos en 3 a 5 veces por semana.
Sepamos que más allá que la diabetes es una enfermedad común, cada persona tiene necesidades particulares respecto a su cuidado.
No existen diabetes buenas y malas, existe diabetes bien controladas y mal controladas y este buen control de la enfermedad tiene que ver con comenzar el tratamiento en forma inmediata apenas se diagnostica, mantenerlo en el tiempo logrando adherencia al mismo y adaptarlo según situaciones particulares que se vayan presentando al paciente, sabiendo que la participación de este último y de su entorno en el tratamiento es fundamental para poder mantenerlo de por vida.
Lic. Noemí Alicia Perri
Universidad Maimonides
Nutricionista – MN 9069 – Contacto: 116186-1948
noemiperri02@gmail.com. Docente Universitaria e
Investigadora, carrera de Nutrición, Univ. Maimonides