Según la OMS entre la década del 80 y 2014 las personas con diabetes pasaron de ser 108 millones a ser 422 millones en todo el mundo. La diabetes es la causa indirecta de alrededor de 1,6 millones de muertes anuales. La mitad de estas muertes sucede antes de los 70 años de edad. Es una enfermedad con mayor prevalencia en los países de medianos y bajos ingresos.
En la argentina, según una el INDEC, hay un 9.8% de la población que tiene diabetes y se extrajo que 1 de cada 10 personas mayores de 18 en argentina están diagnosticadas con diabetes.
Se puede tratar la diabetes y evitar o retrasar sus consecuencias con dieta, actividad física, medicación y exámenes periódicos para detectar y tratar sus complicaciones.
En Argentina 4 de cada 10 personas adultas presentan sobrepeso y 2 de cada 10 obesidad y el 54,7 por ciento realiza poca actividad física, según datos de la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2013.
Ciertos factores pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes, como tener más de 45 años; contar con antecedentes familiares de diabetes; presentar sobrepeso u obesidad, hipertensión arterial; enfermedad cardiovascular y/o colesterol elevado, como así también haber tenido diabetes gestacional.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el pancreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es la hormona responsable de la regulación del azúcar en sangre, esta falta de control que deriva en la hiperglucemia (el aumento de azúcar en sangre) va dañando paulatinamente el organismo.
Hay dos tipos de diabetes, la diabetes tipo 1 (insulinodependiente) se caracteriza por la producción deficiente de la insulina y requiere que la persona se administre insulina diariamente y hasta donde se sabe no se puede prevenir. Aparece en la infancia y se desconoce la causa. Los síntomas son: producción excesiva de orina, sed, haber constante, pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio.
La diabetes tipo 2 (no insulinodependiente) se da por la utilización ineficaz de la insulina. Es la mayoritaria a nivel mundial y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y la falta de actividad física. Hasta hace algunos años se presentaba exclusivamente en adultos, sin embargo hoy en día hay niños diagnosticados con diabetes tipo 2.
Los síntomas de este tipo de diabetes son los mismos que en la diabetes tipo 1 pero son más sutiles, esto hace que la detección de esta forma de diabetes sea más difícil y que se observe la enfermedad una vez que está avanzada y han aparecido complicaciones.
Otra forma de la diabetes es la gestacional, se trata de aumentos de la glucemia durante el embarazo, que suben sobre los valores normales, pero lo suficiente como para un diagnóstico de diabetes. Tanto la mujer embarazada como el bebé serán más propensos a ser diagnosticados con diabetes tipo 2 en el futuro.
Consecuencias frecuentes de la diabetes
• La diabetes comparte factores de riesgo con las enfermedades cardiovasculares, y en es en sí uno de ellos. Los adultos con diabetes tienen un riesgo 2 a 3 veces mayor de infarto.
• La pérdida de visión, por el daño a los vasos sanguíneos de las retinas.
• La baja circulación sanguínea en los pies y la neuropatía pueden causar infecciones en los pies.
• Es una de las principales causas de insuficiencia renal.
Prevención y tratamiento
La diabetes tipo 1 por ahora no es prevenible, sin embargo, la más prolífica es la diabetes tipo 2 y esta sí lo es. Tanto la prevención como la parte del tratamiento no farmacológico de la diabetes implican un estilo de vida en particular:
• Alcanzar y mantener un peso saludable
• Hacer al menos 30 minutos de actividad moderada la mayoría de los días de la semana.
• Comer saludablemente, evitando azúcares y grasas saturadas.
• Evitar el consumo de tabaco, que aumenta el riesgo de diabetes y ECV.
El tratamiento de la diabetes debe incluir el control de la glucemia, sea por insulina o por medicamentos de vía oral y un tratamiento no farmacológico, un cambio de estilo de vida.
Catalina Llarín
CONVIVIR