NR: Buscando entre los escritos de Marta Fleischer, directora durante 20 años de los 29 que editamos Convivir, encontramos este texto, y dudamos, porque en el título utiliza la palabra «optimismo». Pero por eso mismo creo necesario publicarlo. Para que tomemos las fuerzas que necesitamos para continuar el camino. CA.
Benditas épocas estas que nos tocan vivir. Sí, benditas.
Benditas porque está todo manifestado, todo a la luz del día, para quien quiera tomarlo. las oportunidades se presentan para que ejerzamos el discernimiento y nos alineemos con lo que nos resulta más afín. De nada sirve colocar afuera las causas de las desventuras, todo es el resultado de nuestras elecciones, pasadas o presentes.
La madurez natural que nos hace crecer para convertirnos en seres humanos responsables, es el lógico final en el que desembocaremos después de un largo cúmulo de errores y aciertos.
La casualidad no existe. Si en el amplísimo espacio algo ocurriera por casualidad, el Universo se destruiría.
Todo, cada ínfima o gigantesca cosa, sea un cometa o un microbio, todo encaja en sincronía perfecta. Por este enunciado de simple lógica, aprendemos a entender que siempre sucede lo que tiene que suceder, y lo que no, no sucede.
Y algo mejor: que la victoria está asegurada. Al final de los tiempos, y ojalá que sea en esta pequeñita vida que estamos llevando adelante, por decantación, por tanto intentarlo a prueba y error; habremos triunfado.
Somos almas habitando un cuerpo con el fin de perfeccionarnos. Que tardemos un poco más o un poco menos, no influencia el destino final.
Saber y comprender estas profundas verdades nos quita la ansiedad y nos vuelve calmos ante los acontecimientos que tenemos que enfrentar cada día, porque entendemos que cada vivencia corresponde a nuestro nivel personal de evolución, y que todo nos sucede por amor, para nuestro total y completo bien, ya que es así como funciona el universo y somos parte de su sincronía perfecta.