El Indice de Masa Corporal o IMC es la forma más extendida de medir quien tiene sobrepeso, quien tiene obesidad, quién entra en el rango de delgadez. Sin embargo varios estudios realizados muestran que este índice no sirve para indicarnos quienes tienen obesidad. Entendiendo obesidad como un grado de grasa corporal que implica riesgos para la salud, riesgos de padecer enfermedades metabólicas como hipertensión, colesterol, triglicéridos, diabetes tipo 2.
Estos estudios nos muestran que 3 de cada 10 personas delgadas, que según su IMC se encuentran en un rango de peso saludable, podrían ser consideradas obesas si se mide el porcentaje de grasa corporal. Una persona piensa encontrarse en su peso ideal pero en realidad tiene mucha grasa en su cuerpo esta va a seguir estando allí por un largo período de tiempo (ya que considera que no necesita eliminar grasa corporal) y cuanto más tiempo pasa se crean más toxinas. Y éstas son las responsables de la hipertensión, el colesterol, triglicéridos e incluso cáncer.
Para los investigadores la principal conclusión del estudio es que se debe incorporar la medición de grasa corporal y masa muscular para evaluar el estado de salud general. Una persona aparentemente flaca puede tener un porcentaje de grasa interna demasiado elevado que pone en riesgo su salud tanto o más que una persona visiblemente gorda que puede tener menor porcentaje de grasa interna.
Observar solamente el peso es un problema, ya que este no es un índice lineal de cuál es la salud general de una persona. Cuando alguien intenta bajar de peso tampoco es un buen indicador ya que algunas veces se pierde grasa y se gana músculo entonces el peso se mantiene igual: el músculo pesa más que la grasa. Esto nos lleva a reflexionar: el peso no es todo, hay que mirar más profundo para determinar si una persona saludable.