El antiguo paradigma de conciencia basado en la lógica y el raciocinio, en la competencia, el juicio, la crítica y la supervivencia del más apto, está obsoleto y no puede sacarnos del lugar donde nos ha hundido como sociedad y como especie:} al borde de un colapso económico, político, social y ecológico.
Los errores y horrores de las organizaciones y corporaciones de los últimos siglos, trajeron más problemas que soluciones para la supervivencia de las especies y el medio ambiente. Creando un caos globalizado que hoy nos acecha como una trampa mortal para la humanidad y el planeta. Hemos abierto la caja de Pandora y dejado escapar todos los males y miserias que hoy nos confrontan desde cada rincón de la civilización y la cultura.
Hoy muy pocos nos preguntamos o cuestionamos, el modo en que agregamos “valor” a lo que hacemos. Nada sabemos de la creación de riquezas, que han sido transformadas en la generación de recursos y productos, por medio del trabajo del hombre en el último siglo, pero sí, de la generación de cuantiosas fortunas casi instantáneas por medio de la especulación y la usura, dejando detrás un mundo devastado para pagar la fiesta de unos pocos. Toda proyección a futuro por parte del viejo paradigma termina en Banca Rota, Aniquilación, Desaparición o Extinción. El agotamiento de los recursos no renovables, la contaminación, la burbuja económica y la matriz industrial obsoleta, nos tienen secuestrado el futuro como individuos, como sociedad y como especie.
La preocupación por la supervivencia, la enfermedad, el miedo, la seguridad o la competencia y todo aquello de lo que se ha estado alimentando el viejo paradigma, carecerá de sentido en el nuevo paradigma que está surgiendo. Los valores que se alzan como luces en las sombras, son de colaboración, solidaridad, ecología, bien común y, sobre todo, la necesidad de proyectar un futuro que el viejo paradigma viene cerrando y negando.
El ser humano está abordando hoy nuevas formas de pensar, de sentir, hablar y actuar y organizarse, que prefiguran una nueva red de comunicación y contacto entre los seres humanos. La Nueva Era da a Luz al Nuevo Ser Humano. El Amor y su significado, se prefigura hoy, no ya como un concepto romántico y de sacrificio, sino, como un estado de consciencia y equilibrio; desde esa percepción busca transformar las relaciones, la sociedad y el mundo.
La labor de construir un mundo mejor ya no quedará en manos de las mentes más brillantes en cuanto a lo racional y lógico que dignificaba al viejo paradigma. La IA (Inteligencia Artificial) está demostrando a una velocidad terrorífica que el Homo Sapiens está acabado. Un Nuevo Ser Humano asoma en el horizonte. El hombre de hoy no debería enfrentar en desigualdad de condiciones a la IA cuando esta puede resolver la mayoría de sus problemas sin errores, sin burocracia y sin segundas interpretaciones.
Un nuevo hombre intuitivo basándose en su inteligencia emocional, relegada hasta ahora por el establishment lógico racional, despertará a un nuevo mundo, un mundo holístico y creativo que reformará la sociedad desde sus bases. El hombre está abordando nuevas formas de pensar, de sentir, hablar y actuar, y de organizarse que prefiguran una nueva red de comunicación y contacto entre los seres humanos. El Amor se prefigura hoy, no ya como un concepto romántico, sino como un estado de consciencia y desde esa percepción busca transformar las relaciones, la sociedad y el mundo.
La mayoría de los seres humanos que componen la sociedad, no están siendo conscientes del cambio de paradigma que estamos experimentando, pero una minoría que es consciente, está sembrando la futura cosecha. Este nuevo paradigma debería traernos una nueva sensibilidad que nos permita orientarnos en la oscuridad que se cierne sobre el mundo, para desterrar la crueldad de todos los sistemas que nos integran como sociedad. Ya ha nacido una nueva visión y crece exponencialmente, poniendo en jaque el viejo paradigma de acumulación, instintiva y egoísta para dar paso a una visión solidaria y comunitaria de convivencia, donde el sentido de pertenencia se extiende y se universaliza a todas las expresiones de la naturaleza. ¿Será que lo esencial só{lo es visible en la naturaleza?
Abrazar la diversidad y reconocernos en las diferencias nos acerca a un objetivo común de convivencia y respeto por el otro y por la vida toda en su máxima expresión. El intercambio sano de energía produce reciprocidad y empatía, no genera intereses y especulación. Debemos elegir si vivimos la vida de un modo natural y eco-saludable o la sufrimos como un artificio superficial enajenante. Pensar lo que sentimos y sentir lo que pensamos, suele ser un buen método de autoconocimiento, para saber de qué lado de la brecha nos encontramos.
El nuevo paradigma nos choca de frente, se impone la conciencia sobre la diversidad, la sustentabilidad, el respeto por el otro y la naturaleza, el medioambiente como parte fundamental de nuestro transcurrir. Sin un ambiente sano, no habrá una sociedad sana. Somos un todo y ese todo no es abarcable racionalmente ya que sólo un sentido científico-poético puede captarlo. El hombre intuitivo salvará al mundo. Sin la responsabilidad emocional y la conexión intuitiva el mundo se extinguiría. Ver lo que hemos hecho para poder transformarlo, es transformar lo que soy.
Por Ignacio Conde
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