¿Nuestra casa promueve la espiritualidad?

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VASTU SHASTRA: El Yoga de las casas

Bastante desconocida al día de hoy en Occidente, existe una disciplina proveniente de la antigua India que ayuda a las personas a crecer en su camino espiritual a través del análisis de su vivienda. Se llama Vastu Shastra y se aplica para crear ambientes que promueven la armonía, el equilibrio y la conexión con lo divino. 
Esta ciencia, originaria de los Vedas (cuerpo de conocimiento de donde también provienen el Yoga, la meditación y el Ayurveda), se basa en el concepto de que todo en el universo está interconectado por energías sutiles. La disposición de los elementos en el espacio influye en estas fuerzas y, por lo tanto, en la vida de las personas que ocupan ese espacio. Esta sabiduría refleja la idea espiritual de que todos estamos conectados y que nuestras acciones (karma) y entorno afectan nuestra experiencia espiritual. «Yat pinde tat brahmande» es un antiguo texto en sánscrito que significa «Así como es el microcosmos es el macrocosmos». El orden y la estructura que se encuentran en el individuo reflejan el orden y la estructura del universo en su conjunto.
La forma en que se diseña y se organiza un espacio, ya sea una casa, una oficina, un comercio o un entorno urbano, tiene un impacto directo en la energía (prana) y la experiencia de las personas que lo ocupan. La disposición cuidadosa de los elementos y la armonización de las energías en un espacio físico optimizan la interconexión entre el individuo y el cosmos. Al armonizar y equilibrar nuestras propias fuerzas internas a través de prácticas como la meditación, la atención plena y la respiración consciente (pranayamas), podemos alinearnos mejor con las energías universales y experimentar un mayor sentido de unidad con el cosmos.
Al mismo tiempo, Vastu Shastra atribuye un gran valor a la relación entre los seres humanos y nuestro planeta, ya que reconoce la influencia directa de los cinco grandes elementos de la naturaleza, conocidos como «Panchmahabhuta», en la creación y el diseño de espacios habitables. Estos cinco elementos son tierra (Prithvi), agua (Jala), fuego (Agni), aire (Vayu) y espacio (Akasha). Cada uno de ellos desempeña un papel crucial en la armonización y el equilibrio de un entorno. Por ejemplo, la tierra brinda estabilidad y sustento, el agua simboliza la fluidez, el fuego proporciona energía y purificación, el aire asegura el movimiento y la frescura, y el espacio ofrece el contexto y la expansión.  La gratitud hacia la naturaleza es una parte intrínseca de la cultura védica, al reconocer que los seres humanos somos una parte integral de la creación divina y que la naturaleza nos provee todo lo necesario para la vida. En consecuencia, se fomenta un profundo respeto por los elementos y la tierra, que se manifiesta a través de la elección de materiales de construcción sostenibles, la consideración de la orientación de los edificios para aprovechar la luz solar y la circulación de aire natural, y la promoción de espacios verdes dentro y alrededor de las viviendas.
Además, la gratitud hacia el universo también se manifiesta en rituales y prácticas, donde se ofrecen oraciones y homenajes a los elementos como una forma de reconocer y agradecer por su contribución a la vida. Vivir en armonía con los Panchmahabhuta y mostrar agradecimiento hacia la naturaleza es esencial para crear espacios que fomenten la salud, la prosperidad y la espiritualidad de quienes los habitan.
Por otro lado, la creación de espacios sagrados de acuerdo a Vastu Shastra nos ayuda a establecer una conexión profunda con la espiritualidad y la energía divina a través del diseño armonioso de nuestros entornos: el lugar ideal para un espacio de estas características dentro de una casa o edificio es el Noreste, asociado con la espiritualidad y la conexión con lo divino. Estos espacios, denominados “sala de meditación” o “Puja room” se diseñan considerando cuidadosamente los puntos cardinales, la iluminación, la disposición de objetos en altares y los colores que promuevan la serenidad y la concentración, lo que facilita la práctica espiritual. 
También son utilizados para llevar a cabo diferentes rituales: “Homa” es una ceremonia de ofrenda de fuego donde se ofrecen elementos como granos, hierbas, ghee, etc, al fuego sagrado, simbolizando la conexión entre lo humano y lo divino. Este acto busca purificar y energizar el ambiente. “Puja” es una ceremonia de adoración y reverencia, hacia deidades específicas o hacia el universo en general, realizada con devoción y precisión. Se ofrecen flores, frutas, incienso y mantras, generando un ambiente espiritual y de respeto.
La creación de espacios sacros en nuestro hogar es otra gran manera de honrar nuestra espiritualidad y conexión con lo divino en la vida cotidiana, ya que actúan como recordatorios constantes de nuestra relación con lo sagrado, fomentando la armonía en nuestro ser y entorno.

Dardo Gutierrez
Dardo Gutierrezhttp://www.vastu.com.ar
Arquitecto y consultor de Vastu Egresado de American Institute of Vastu, California, EEUU

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