La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo físico, emocional y social, donde una alimentación equilibrada juega un papel fundamental.
Sus necesidades nutricionales son mayores que en otros períodos de la vida debido a los cambios hormonales, el crecimiento acelerado y el aumento de la actividad física, tanto física como mental.
Pero, al ser una etapa donde comienzan a tomar decisiones sobre su alimentación de manera más autónoma pueden ser fácilmente influenciados ante la necesidad de referencia y de pertenencia a determinados grupos, las modas o la publicidad.
Es así como en todo el mundo se alzan voces de alerta acerca de las deficiencias nutricionales que se observan en esta etapa por el incremento en el consumo de harinas refinadas, bebidas estimulantes, alimentos procesados, azucarados y con alto contenido en grasas saturadas.
Una de las mayores preocupaciones está centrada en la deficiente incorporación de nutrientes esenciales, indispensables para el adecuado funcionamiento del organismo, en especial de proteína.
¿Razones? Por un lado, la elección de ser veganos dejando de lado el consumo de carnes o todo alimento de origen animal, algo que sin duda celebramos, pero que requiere supervisión.
Por otro lado, por razones económicas, por todos conocidas.
Importa advertir que es indispensable saber cómo reemplazar las proteínas de origen animal por las de origen vegetal para incorporar los aminoácidos necesarios.
Son muchas las posibilidades para complementar los alimentos de manera adecuada. Tomando como base una dieta equilibrada y, a modo de ejemplo, podemos señalar la importancia de fomentar el consumo de:
- ⩗legumbres en todas sus variedades,
- ⩗semillas de sésamo o girasol,
- ⩗frutos secos como nueces o almendras,
- ⩗frutas desecadas,
- ⩗levadura nutricional,
- ⩗algas marinas.
Es probable que la etapa que atraviesa el adolescente represente un verdadero desafío a la hora de proponerle una alimentación equilibrada.
Pero no cabe duda de que hoy, más que nunca, es responsabilidad de la familia, la escuela y la sociedad en general promover hábitos alimenticios saludables y brindarles las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre su alimentación.
Se trata así de acompañarlos a que alcancen su máximo potencial físico, intelectual y emocional.
Por Lic. Juana Tucci
Directora de IATENA