Es un antiguo refrán de nuestras abuelas que tiene vigencia en este momento, cuando estamos esperando “LA” / “LAS” vacunas que nos protejan de los rebrotes del coronavirus que están sucediendo en varios países, con más agresividad incluso que al principio de la pandemia.
Hablamos de prevención porque estos meses que pasaron nos permitieron conocer un poco mejor cuales son los factores de riesgo de cada organismo, que es el que facilitará la entrada del virus.
Si bien sabemos que es un virus respiratorio debemos aceptar que puede alojarse en cualquier órgano debilitado y desde allí afectar distintos sistemas. Uno de ellos es el Sistema Cardiovascular que se considera estrechamente vinculado con el Sistema Metabólico.
Obesidad, disglucemia y resistencia a la insulina: el Síndrome Metabólico que agrupa a estas 3 patologías son los objetivos para prevenir las enfermedades cardiovasculares más comunes –los infartos, la insuficiencia cardíaca y la fibrilación auricular… y todos ellos se relacionan con la alimentación y el estilo de vida.
Curiosamente, son factores que podemos cambiar con más o menos facilidad si nos lo proponemos… el cambio hacia una alimentación equilibrada, armando los platos diarios con un 40-50 % de alimentos vegetales, que incluyen también cereales y legumbres mejora la salud y previene las enfermedades a cualquier edad y también es más económico, desde el punto de vista del costo monetario de la salud.
Hay un grupo de alimentos que nos ayuda, por los beneficios que aportan, a la prevenir y a recuperar la salud en el caso que sea necesario, y estos alimentos son los vegetales.
Eso no quiere decir que tengamos que comer sólo alimentos de origen vegetal ya que el alimento animal, carne roja o blanca, huevos, pueden formar parte de la alimentación, sino en forma diaria, 2-3 veces por semana… ya que nos aportan nutrientes importantes como proteínas y, sobre todo, la vitamina B 12 presente solo en alimentos animales. La Vit. B12 es esencial en mujeres veganas en edad de procrear, o en personas mayores, veganas o no.
BENEFICIOS de incluir vegetales.
A los vegetales pertenecen también frutas, hortalizas, hojas verdes, legumbres y cereales integrales, zapallos, papa y batata, zanahorias… la lista es interminable y además poseen un abanico enorme de colores que nos alegra la vista.
Desde ya no es necesario que los comamos todos juntos, sino que hay que ir a las verdulerías donde encontramos los productos frescos de estación, que tienen gran cantidad de vitaminas, minerales y fitonutrientes, con distintos colores – cada color tiene una característica especial: carotenos, con importante acción antioxidante, en zanahoria y calabaza; las hojas verdes, verdes, de las variedades de lechugas y espinaca, con una gran cantidad de clorofila, magnesio y calcio… y qué decir de la remolacha, con ese color tan intenso que se debe a la presencia de betaína, micronutriente que parece inhibir el crecimiento de las células cancerosas, si se acompañan del tratamiento adecuado!!
Y entre otras virtudes, estimulan además nuestra veta artística porque podemos combinar en una ensalada el verde suave de la rúcula y la achicoria, aquel un poco más oscuro del berro –debido al hierro que contiene- el rojo fuerte de los tomates maduros, rodajas de pepinos casi transparentes en contraste con los “arbolitos de brócoli” y nos faltaría el blanco de los trozos del apio y/o de las hojas claras del repollo.
No nos olvidemos de los huevos duros, con la clara blanca y el sol amarillo de la yema… ¡Ni del aderezo con un buen aceite de oliva o de girasol o de maíz, y del jugo de limón que realza los sabores… y de algunas aceitunas verdes o negras… Ah!! Y los blancos champignones… o los brotes, más económicos, pero igual de ricos y buenos para la salud… ¡Buen y saludable apetito!!
Los vegetales tienen fibras que se relacionan con el Índice glucémico: lo que quiere decir que no liberan una gran cantidad de glucosa, en el caso de las frutas, por ejemplo: ellas tienen un rico sabor dulce cuando está maduras, por el contenido de glucosa y fructosa, pero están unidas a las fibras, que las liberan lentamente, sin aumentar la necesidad de Insulina ni el trabajo del páncreas, que puede así descansar y recuperarse en caso de diabetes.
También tienen fructosa, otro azúcar de la fruta madura, que da energía a nuestras células sin lesionar el hígado, como sí lo hace el Jarabe de Maíz de Alta Fructosa -JMAF- un compuesto químico, no natural y por eso dañino para nuestra salud y sobretodo, la salud de nuestros hijos, familiares y amigos.
Por Dra. Elba Albertinazzi
Asoc. Arg. de Médicos Naturistas