Estrés postraumático en perros y gatos

Los animales al igual que las personas pueden tener este trastorno y necesitarán mucha ayuda para ir superándolo. Pudo ser un accidente: lo atropelló un auto, se cayó de un balcón o techo. Una agresión física con motivo de un asalto o robo. Una pelea con otro perro o gato. Un incendio, inundación, terremoto o cualquier otra desgracia de importancia. Según estadísticas en Estados Unidos en cierto hospital veterinario, el 17% de sus pacientes padecieron este trastorno. También lo pueden tener aquellos que fueron internados en alguna clínica veterinaria y estuvieron recluidos en una jaula por unos días. A veces pasamos por alto este detalle. El famoso hospitalismo también lo sufren nuestros animales de compañía. 

Los síntomas pueden ser: ansiedad crónica, trastornos del sueño, hipervigilancia, miedo a estar solo, evitar determinadas personas, lugares o circunstancias. Es común que un perro que recibió un ataque o tuvo un accidente en la calle no quiera salir o se agite mucho en el paseo. Puede volverse agresivo por miedo. 

Con estos animales hay que tener mucha paciencia. Dejarles un lugar en la casa donde se sientan seguros, ponerle sus juguetes favoritos allí, incentivar juegos, enseñarles a sentarse, a dar la pata etc.

La homeopatía tiene muchos recursos para el tratamiento de estos animales. En el repertorio de síntomas hay una rúbrica que se llama Trastornos por. El Repertorio es un diccionario de síntomas, donde están todos los síntomas posibles y los remedios que han curado esos síntomas. En trastornos por están todos los problemas físicos que empezaron luego de alguna noxa emocional. Puede ser una pena por la muerte de un ser querido, una gran frustración, un susto mayúsculo o un trauma mental, que es un traumatismo emocional. El caso más frecuente se da en animales que son rescatados de la calle, donde la pasaron mal, o de casas donde fueron maltratados. En el campo se da en los terneros que son destetados o desmadrados en forma violenta. Les separan a sus madres y los dejan solos en el potrero que se llama “guachera”. Allí se quedan tristes, asustados, llamando a sus madres. Muchos de esos terneros se enferman y algunos mueren.  Hay remedios homeopáticos como Árnica, Aconitum, Gelsemiun y algunos otros que han demostrado su eficacia en el tratamiento de estas enfermedades y muertes. Esto también se aplica a perros y gatos. 

Siempre que me traen algún rescatado o destetado le preparo una formula homeopática que llamo “destete”, que ayuda mucho a evitar que ese animalito se enferme y permitiendo que se integre rápidamente a su nueva familia. 

Recuerdo hace muchos años, que me trajeron a un perrito, pequeño, tipo foxterrier, que estaba deprimido, no comía, temblaba y tenía una neumonía que no respondía a los antibióticos. La dueña estaba desesperada porque veía que su perrito se estaba muriendo. Me cuenta que el perrito presenció el asesinato de su dueño. En un crimen pasional, una persona discutió violentamente dentro de su departamento y lo mató de varias puñaladas. El perrito que no era para nada violento, salió en defensa de su dueño y mordió al atacante en el tobillo de tal forma que permitió a la policía luego atraparlo. Fue algo instintivo, violento, una reacción, a pesar del pánico que tenía fue a atacar al agresor. Yo sabía que dentro de esa rubrica de Trastornos por, tenía que estar el remedio que lo iba a sacar de ese estado. Fui leyendo una por una hasta que encontré la que correspondía. Decía trastornos por:  Cólera con susto.  Es decir que a pesar del gran susto que tenía el enojo, la cólera fue superior e hizo que atacara con toda su furia, pero luego quedó paralizado y desarrolló una neumonía grave. Uno de los medicamentos fue Staphisagria. Fue la llave salvadora. A partir de medicarlo con esas gotitas, dejó de temblar, se tranquilizó, empezó a comer y a mejorar poco a poco de su problema respiratorio. No hicieron falta más antibióticos, porque sus defensas alcanzaron para curar esa infección. Cuando pasan estas cosas me sigo asombrando del contenido del diccionario de síntomas llamado Repertorio. Está armado casi en su totalidad de síntomas humanos, de las llamadas patogenesias, de experimentaciones en hombres sanos y de la experiencia de dos siglos tratando personas.  Cada vez que voy a buscar un síntoma raro, extraño que me aparece en algún paciente animal, el síntoma está y esa es la llave para la curación. La homeopatía es sorprendente y maravillosa. Resumiendo. Los trastornos postraumáticos en animales existen al igual que en las personas. No hay que desesperar, hay que reconocerlos, hay que indagar bien porque muchas veces son la causa de problemas de salud graves. Y lo mejor de todo muchas veces podemos curar enfermedades graves encontrando el mejor remedio de acuerdo al tipo de trastorno que nuestro amigo sufrió. 

Hasta la próxima. Salud y alegría

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MV. Jorge S. Muñoz
Médico veterinario homeópata

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