Nuestros antepasados atribuyeron un carácter mágico y sagrado a ciertas piedras, incluso resaltaron las virtudes terapéuticas evidentes.
Fueron los sacerdotes babilonios y caldeos de Mesopotamia quienes establecieron analogías entre las piedras, los signos del zodíaco y los astros.
Pero su fin no era el de entregarse al juego intelectual de las analogías, ni engañar al prójimo. Se comportaron así después de largas observaciones, atentas y metódicas.
Estudiaron las cualidades de cada piedra y el uso que podrían hacer a título preventivo o terapéutico y en un afán clasificador y de utilidad pública, por decirlo así, realizaron un zodíaco de las piedras.
Aries: se le atribuye la amatista, de color violeta debido a que su cristal de cuarzo está coloreado por él oxido de hierro.
Su nombre de origen griego significa “No se embriaga”, o “no está ebria”.
Sus virtudes son supuestamente las de curar a los alcohólicos, por preservar a los bebedores de la embriaguez.
Según los antiguos, curaba los problemas oculares y dolores de cabeza y favorecía el buen equilibrio moral y energético,
Tauro: El ágata, calcedonia constituida por venas de cuarzo y de ópalo en zonas concéntricas, es blanca, pulida y brillante, tal vez negra con vetas blancas.
Favorece la prosperidad, la fertilidad, las cosechas abundantes y la longevidad, Sus virtudes terapéuticas son famosas por reforzar las cuerdas vocales y curar dolores de garganta.
Géminis: Su piedra el berilo, cuyo nombre en griego significa “brillante”, tiene el aspecto de una gema transparente de colores variados. Se le asocia con la inteligencia y la habilidad intelectual y manual y se utiliza en cristalomancia para favorecer la meditación, la concentración o la videncia.
Cáncer: Su piedra es la esmeralda, de color verdemar, pero también amarillo verdoso o amarillo. No es de extrañar que sus virtudes sean las de la eterna juventud, y también las de esperanza y la fertilidad. También corresponde la piedra del ópalo, que proviene del hindú úpala y significa: piedra noble.
Leo: El rubí, que significa en latín rojo, rojizo. Es una piedra de la familia de los corindones a la que pertenece también el zafiro.
Como simboliza la felicidad y se la considera la más bella de las piedras preciosas creadas por Dios, se ha hecho del rubí un atributo del signo de Leo.
Pero también a causa de algunas de sus virtudes como procurar alegría, éxito y riqueza. Representa el valor, la fuerza del ánimo y la lealtad.
Virgo: Su piedra es el Jaspe, cuyo nombre es de origen semítico. Es una calcedonia de color variado. Antiguamente se creía que tenía el poder de reconfortar y hacer que el individuo triunfase en toda ocasión. Además de calmar los nervios, favorece los partos.
Libra: El diamante, la más preciosa de las piedras. Es un cristal de carbono puro, cuyo nombre significa: “atraviesa el hierro más duro”. Evidentemente debe a su gran pureza la asociación con el Signo de libra, pero también porque es el símbolo de la perfección y del equilibrio inamovible.
Los sacerdotes caldeos lo empleaban para hacer justicia; favorece la armonía de los sentimientos y preserva la inocencia.
Escorpio: El topacio es originario de una isla del Mar rojo, de la que recibe su nombre y de la que cuenta la leyenda que estaba sumida día y noche en la niebla y era poblada exclusivamente por serpientes. De color amarillo o amarillo verdoso, suscitó en otro tiempo las pasiones y los sentimientos extremos, la fe y el ardor; posee virtudes regenerativas y puede revelar la traición y la mentira. Por lo menos eso decían.
Sagitario: El granate, que recibe su nombre de grano o semilla y es una piedra fina de silicato natural, de color rojo. Se considera símbolo de la sinceridad, de la buena fe, la franqueza y de la fidelidad. Se dice que suscita optimismo y buen humor, honestidad y felicidad y que atrae los honores.
Capricornio: El ónice, cuyo nombre significaba antiguamente uña o garra. Es una variedad de ágata, de colores variados o también blanco o negro. Tenía mala reputación, pues se creía que provocaba pesimismo, tristeza, soledad. Pero se le atribuía la virtud de liberar de conflictos, de dramas y desgracias, de hacer a quien lo portaba paciente y sabio.
Acuario: El zafiro recibe su nombre de una raíz semítica que significa piedra azul. Es también una especie de corindón. Es un símbolo de verdad última o suprema y de justicia inmanente.
Favorece el altruismo y la generosidad, estimula la imaginación y la curiosidad y atrae la simpatía y numerosas amistades.
Piscis: La crisolita, verde claro, es una variedad de peridoto o silicato natural de hierro y magnesio. Está asociada al Sol y simboliza el poderío, la riqueza y el triunfo. Sin embargo es la piedra que se le atribuye al signo de Piscis pues posee propiedades calmantes de la emotividad, de los locos y enfermos. Además estimula los dones de la premonición. Piscis está también en relación con la aguamarina.
Lic. Valeria de Liechtenstein
Astróloga