Como pasa todos los años, al llegar las fiestas también se acerca el drama para muchos perros y gatos que sufren de pánico a los petardos. Algunos ya vienen con ese miedo desde el nacimiento y con el paso del tiempo lo van incrementando hasta llegar a límites insospechados. Otros no tenían ningún problema, hasta que un mal día, algún estruendo muy cercano o no esperado comenzó con esta secuencia de ataque de pánico.
Voy a tratar de relatar lo que pasa con nuestros animales en estas circunstancias: algunos en cuanto escuchan un petardo, se paralizan. Comienzan a temblar como una hoja y no responden a ningún estímulo, su corazón late 200 veces por minuto y parece que se le va a salir del pecho y la respiración también se acelera mucho. Realmente es una situación desesperante. Otros en cambio, buscan escapar. Son los corredores, si están afuera y sueltos, corren y corren, por kilómetros y generalmente se extravían o pueden tener un accidente. Pienso en este grupo cuando aconsejo a todos, colocarle una chapita con un número de teléfono por si se pierden y alguien lo encuentra deambulando por ahí. Si están dentro de la casa, también corren y corren buscando refugio en cualquier lado. Muchos ya saben que el baño es un buen lugar y se zambullen en la bañadera. Otros buscan dentro de placares o debajo de la cama, sin importar el tamaño del perro. Es muy desesperante ver a un Viejo Pastor Ingles de 40 kg tratar de meterse debajo de la cama… En esa carrera desesperada y desenfrenada, pueden atravesar ventanales, y eso es muy riesgoso. Es por eso que si los dejan solos para el 24 o 31 conviene dejarlos adentro de la casa, no en el jardín y con los ventanales cerrados con persianas.
Los gatos también sufren de este pánico, pero no lo demuestra tanto. En general buscan un escondite y allí se quedan con los ojos bien abiertos y las pupilas dilatadas.
El tratamiento convencional para estas circunstancias es darle un tranquilizante y el más utilizado es la acepromazina. Nosotros no lo aconsejamos, ya que solo logra inmovilizar a nuestro paciente, pero no le quita ni un gramo del miedo que padece. En realidad sólo nos tranquiliza a nosotros porque vemos a nuestro perro echado y aparentemente tranquilo. Le baja mucho la presión sanguínea, lo que hace peligroso para perros con problemas cardíacos. Y en muchos casos los deja como drogados, sin responder bien a los estímulos y van caminando borrachos por la casa. Aquellos que los han utilizado saben bien de que estoy hablando. Otros le dan sus propios tranquilizantes: clorazepan o alguno parecido. No tienen mucho efecto en los animales, pero no son peligrosos. Es preferible al uso de la acepromazina. Desde la homeopatía tenemos varios caminos para transitar. Lo ideal es hacer un estudio al animal, antes que lleguen las fiestas para saber ¿cuál es el medicamento de base? Su medicamento, ese es el específico para cada uno. Pero como en general la gente viene el mismo día del problema, no hay tiempo para investigar nada y tenemos que recurrir a lo que tenemos. Con el paso de los años hemos perfeccionado una fórmula homeopática que tiene varios remedios y puestos juntos a diferentes potencias, a esa fórmula se le suman flores de Bach y de Bush y ese conjunto al que denominamos Fórmula Tormenta, es el que le damos a nuestros amigos en esos días. Se dan entre cinco a diez gotitas cuatro o más veces durante esos días. No produce ningún efecto colateral y no los deja drogados, es totalmente natural y sólo les quita el pánico. También como su nombre lo indica lo utilizamos para aquellos que tienen miedo a las tormentas. Hay algunos perros tan sensibles a esto que son capaces de predecir una. Ya están agitados mucho antes que la tormenta llegue.
Hay un grupo de animales que son sensibles al ruido y que lejos de provocarles temor, lo que les provoca es ira, enojo, bronca. Se encolerizan, ladran como locos, quieren morder los petardos, siguen con la vista a las cañitas voladoras. Aúllan como lobos en cuanto escuchan algún sonido agudo, como una sirena. Este grupo de perros no necesitan la formula tormenta, sino un tranquilizante desensibilizante en base a valeriana y pasiflora.
También es importante recordar que la dieta de nuestros animales tiene que mantenerse, ya que un exceso de pan dulce, de turrones y demás yerbas, puede provocar molestas indigestiones…
Será hasta la próxima, muy Felices Fiestas para todos.
MV. Jorge S. Muñoz
Médico veterinario homeópata
www.homeovet.com.ar