El duelo en momentos de pandemia

El Duelo es un proceso que lleva tiempos. El tiempo de cada persona.  Y cuando hablamos de procesos, estamos hablando de tiempos, de proceso activo de adaptación ante la pérdida de un ser amado, querido, o la pérdida de un objeto, o un evento significativo para las personas. En este proceso que tiene sus etapas la persona que ha perdido aquello tan amado, familiares, amigos, conocidos, vecinos y otros, está involucrando muchas reacciones, sentimientos, emociones que afectan los aspectos tanto biológicos (físicos), psicológicos (emocionales, conductuales), sociales (familiares, trabajos, etc.) y espirituales.

La pandemia suscitó cambios en todos estos aspectos de nuestras vidas, ya no somos los mismos, hemos cambiado, hemos atravesado todos estos sentimientos, emociones como la tristeza, el enojo, la ira, miedos, soledad y hasta veces culpa. El COVID generó estos cambios de como las personas vivíamos nuestros duelos, y la pérdida de los seres queridos; todo esto vivido no es sin consecuencias. Es por ello que debemos- de alguna manera- poder sobrellevar este proceso, para afrontarlo y transitarlo, sin enfermarnos.

Sabemos que pasar por un duelo es una situación muy difícil, ya sea en pandemia o en otros momentos de nuestras vidas, hoy queremos acompañarlos con algunas medidas que podemos implementar para apaciguar nuestro dolor y sufrimiento:

-Enfatizar sobre nuestra capacidad de resiliencia, que es la capacidad de hacer frente a las adversidades, y poder de alguna manera ir recuperándonos.

Honrar la memoria de nuestros seres queridos para poder simbolizar de alguna manera el duelo, para despedirlos a través de misas, escribiendo un poema, una carta de despedida, una reunión con los más allegados y compartir recuerdos agradables de la persona que ya no está con nosotros en persona, pero sí en nuestros corazones.

-Expresar nuestros sentimientos, poner en palabras nuestras emociones para no desbordarnos de dolor, angustia. El vínculo que hayamos tenido con nuestros seres queridos, con las personas que fallecieron, estarán siempre, son parte de nuestra historia y nadie puede borrar eso, y desde el amor, encontrar la paz, y saber que hicimos lo mejor que estaba en nuestras manos dar.

-Busquemos la compañía de otras personas a nuestro alrededor, nuestra red social, proyectemos días y horarios a diario o semanalmente encuentros con amigos, familiares, llamados telefónicos, y compartir lo que sentimos, lo que nos sucede, ya que es importante para nuestras vidas.

-Aprendamos en este proceso también a cuidarnos para no enfermar, no descuidar aspectos importantes de nuestra salud física, psíquica, social y espiritual.

El sostenimiento de nuestros vínculos afectivos es primordial para expresar emociones y no negarlas o reprimirlas por miedos, mantener grupos de apoyo o crearlos, y compartir nuestras experiencias sobre el duelo para que el proceso del mismo no sea aún más doloroso. 

“Llora, expresa, no guardes”.

Lic. Lidia B. Carnuccio
Psicóloga (UBA) MN 44204

Equipo interdisciplinario 

Centro Rebiogral 

 www.rebiogral.com

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