Debido a las condiciones ambientales por las que atravesamos, muchas personas tomaron consciencia sobre el cuidado del planeta y buscaron alternativas que ayuden a reducir el impacto.
Surge así la cosmética natural, la cual propone unir aquello que la naturaleza produce con el conocimiento humano sobre cómo usarlo para nuestro bienestar. De esta forma nos aleja de aquellos productos nocivos, tanto para nuestra salud como la del ambiente. La base de esta cosmética es materia prima de origen vegetal, los productos no son testeados en animales, ni llevan ningún tipo de producto de origen animal. Dentro de sus componentes no contienen conservantes artificiales, componentes químicos, perfumes sintéticos, aditivos, ni ningún tipo de tóxico o producto perjudicial. No hay parafinas, parabenos ni productos derivados del petróleo ni siliconas. Además poco a poco se van incorporando envases reutilizables, reciclables o biodegradables.
Con esta corriente nos remontamos a los orígenes, a lo ancestral. La abuela no se equivocaba: en la esencia de la naturaleza hay salud y belleza. Vemos que la base de la cosmética natural son aquellos componentes que también consumimos para cuidar nuestro interior. La manzanilla por ejemplo, es considerada útil para tratar problemas digestivos y es relajante. A nivel cosmético se le atribuye el poder de desinflamar y descongestionar contorno de ojos, aclarar el cabello y volverlo más brilloso. El aceite de coco extra virgen aporta un componente que colabora a la cicatrización y regeneración de tejidos, Ácido Láurico. Existen estudios que demuestran que el aloe vera a nivel digestivo es protector y aporta una amplia gama de micronutrientes, mientras que también tiene excelentes resultados en el ámbito de la cosmética.
Shampoo, cremas enjuagues, jabones o geles faciales con aloe vera como ingrediente base tienen un efecto refrescante y cicatrizante, muy utilizado para el control del acné, protege el cabello como así también hidrata la piel y calma las irritaciones o picazones. Si en cambio el ingrediente es neem, romero, limón, tea tree, ortiga tienden a secar, su efecto astringente es muy útil para pieles y cueros cabelludos grasos. Aceites como ricino o almendras fortalecen no solo el bulbo capilar sino también colaboran al crecimiento de las pestañas. El agua de rosas es un producto natural, excelente para recomendar a personas que tengan la piel sensible como así también calmar pieles reactivas o que cursen con prurito.
Cada vez son más los que optan por alejarse de lo sintético y artificial y vuelven a lo natural, además de buscar un consumo más sustentable. Con esto no sólo nos referimos a la cosmética sino también en el ámbito de la alimentación. Para sentirse bien por fuera hay que cuidarse por dentro. Con el paso de los años ha aumentado notablemente la tendencia al consumo más responsable y protector. Poco a poco nos vamos aliando con la naturaleza, nadie dice que es fácil la concientización del cuidado ambiental, pero vamos camino a lograrlo.
Ahora que viene el calor dejamos un tip facil de cómo hacer tu propia Agua de Rosas!! Refrescante, hidratante y calmante. En un bowl, colocar 50gr de pétalos de rosas con 300cc de agua segura caliente, dejar reposar una hora hasta que se enfríe. Colar y trasvasar a un frasco de vidrio o atomizador. Utilizar dicho tónico luego de desmaquillarse, a la mañana luego de lavarse la cara o como post solar.
Sofía Gomez
Equipo de Nutrición – New Garden