El movimiento de mujeres, recientemente visibilizado en los medios masivos de comunicación, está logrando llegar a todas nosotras y mostrarnos de qué se trata, y por qué como mujeres es importante considerarnos feministas.
En un contexto donde las mujeres vivimos no uno, sino muchos tipos de violencia; donde la diferencia salarial entre hombres y mujeres es una realidad; donde una mujer es víctima fatal de un femicidio cada 18 horas; donde tenemos que salir a la calle con miedo de día y de noche. La sororidad es clave.
Sororidad es una palabra que intenta definir una relación de hermandad y solidaridad entre mujeres en un contexto adverso. La posibilidad de crear una red de contención para todas nosotras, que nos ayude, no a querernos más, sino a liberarnos cada vez más. Nos insta a ponernos en los zapatos de nuestras hermanas, porque no todas vivimos el mundo con la misma libertad. Implica pensar más allá de nuestras experiencias personales, pensarnos de modo colectivo y acompañaros entre todas en la defensa de nuestros derechos y en el reclamo por la igualdad. El objetivo es cooperar sin ceder ante las ideas de la mayoría, es aceptar la diversidad y formar coyunturas para para ser una sola unidad por y para todas las mujeres.
Este concepto no es nuevo, está dando vueltas desde los 80 y por suerte hace tiempo que muchas lo llevan a la práctica. Creo que hoy es necesario ver a nuestras referentes culturales y aunque parezca más frívolo, ver lo que pasó en la entrega de los Oscars el domingo 4 de marzo, es importante. La actriz Frances McDormand llamó a sus compañeras de terna a abrazarse y aprovechó su discurso para hablar de la necesidad que tenemos como mujeres de estar juntas, de acompañarnos y ser una unidad ante los avances de violencia y desigualdad. La realidad es que Frances hablando en ese contexto, igual que Malena Pichot haciendo stand up en Netflix, o el debate sobre feminismo que se dio en Intrusos, sirven para mostrar y llegar a muchas más mujeres, y popularizar conceptos como el de sororidad, logrando que cada vez más nos pensemos feministas y podamos dejar de ver solo en nuestras experiencias personales para ser un colectivo de mujeres que avanza junto.
Para cerrar elijo citar a Claudia Karol porque creo que lo puso con mucha claridad: “Los feminismos no son modos de intervención política fundados en la violencia. Son experiencias de solidaridad, buscando liberarse/liberarnos de las muchas violencias que sufrimos.”
Catalina Llarín
CONVIVIR