Vacaciones de invierno: recargar la energía

VASTU SHASTRA: El Yoga de las casas

El invierno es una invitación natural a la introspección. Afuera todo se hace más lento: los días se acortan, la luz se vuelve más tenue y nuestros cuerpos nos piden descanso. Las vacaciones de invierno pueden ser un tiempo muy valioso para regenerar la energía. No solo a través del descanso físico, sino también mediante la atención que ponemos en nuestros espacios. Allí es donde el Vastu Shastra ofrece una perspectiva única y profunda.
Esta antigua ciencia de la India, precursora del Feng Shui, explica que todo espacio tiene una vibración y una energía propia, que se ve influida por las actividades que en él se realizan, por su orientación cardinal, y por su conexión con los cinco elementos de la naturaleza: tierra, agua, fuego, aire y éter. El Vastu parte de una idea muy concreta: así como el entorno influye en nosotros, nosotros también dejamos una impronta energética en el entorno. Si el espacio está en equilibrio, nuestra mente, nuestras emociones y nuestras acciones se ordenan en consecuencia. Por eso, estos días de pausa son una gran oportunidad para revisar, limpiar, ajustar y armonizar nuestro hogar y, al mismo tiempo, nuestra energía interna.
Durante el invierno, la dirección más influyente es el Norte, ya que está relacionada con el descanso y la espiritualidad. Observar cómo se encuentra este sector del hogar puede decirnos como está nuestro propio estado energético. Si allí se acumulan objetos sin uso, si hay oscuridad o desorden, es probable que sintamos una sensación de cansancio o desconexión más allá de las causas externas. Una acción concreta y poderosa es dedicar un día de las vacaciones a limpiar la zona Norte, reorganizarla con conciencia, dejarla más despejada e incorporar elementos que eleven su vibración: un jarrón con agua limpia, un cuadro que evoque serenidad o una planta sana.
En vacaciones solemos tener la expectativa de descansar, pero muchas veces terminamos saturados de pantallas, estímulos o compromisos sociales. El Vastu nos recuerda que el descanso no es solo “hacer menos”, sino crear un ambiente que contenga y regenere. Esto implica tanto lo material como lo sutil. Podemos aprovechar estos días para apagar un poco el afuera y encender el adentro. Un ejercicio simple es elegir un rincón de la casa —preferentemente orientado al Este o al Noreste— y convertirlo en un pequeño espacio sagrado. No hace falta nada complejo: una vela, una piedra, una imagen significativa o una flor fresca pueden ser suficientes. Lo importante es que ese espacio represente algo íntimo y elevado para vos, y que lo habites cada día con una breve práctica de silencio, gratitud o conexión.
Otra propuesta valiosa del Vastu para esta época es revisar la atmósfera general del hogar. Muchas veces la energía se vuelve densa por causas que no vemos: discusiones, preocupaciones, pensamientos reiterados o incluso tensiones no expresadas. Las casas hablan. Y si escuchamos con atención, nos muestran qué energía predomina en cada ambiente. Si notás que hay un espacio donde nadie quiere estar, que se siente más frío o donde el descanso no fluye, podés intervenir de manera sencilla. Ventilar un poco aunque haga frío, encender sahumerios o difusores con aromas naturales, poner música suave, agregar textiles cálidos y eliminar objetos rotos o sin vida son maneras muy accesibles de renovar el aire energético.
En estos días también es interesante observar cómo se distribuyen las actividades en el espacio. El Vastu enseña que cada dirección cardinal tiene una energía particular y que conviene ubicar las actividades según esa lógica. Por ejemplo, las comidas familiares tienen mejor energía si se realizan en el Oeste o el Noroeste, que favorecen la conexión y la conversación. Las actividades creativas o los juegos tranquilos se potencian en el Este o el Noreste, mientras que las tareas más dinámicas pueden ubicarse en el Sur o el Sudeste. Esta armonización no solo mejora la experiencia cotidiana, sino que también evita roces innecesarios o agotamiento.
La clave no está en hacer grandes cambios, sino en prestar atención a lo sutil. Reubicar un sillón, cambiar un objeto de lugar o simplemente mirar una pared con nuevos ojos ya transforma la percepción del espacio. El invierno es un tiempo de adentro. Nos propone hacer menos afuera para hacer más adentro. Y el Vastu acompaña esa búsqueda no con reglas rígidas, sino con principios que nos conectan con el orden natural. Nos recuerda que no estamos separados del espacio que habitamos, que la casa no es solo un contenedor, sino una extensión de nuestro campo energético.
Por eso, si estas vacaciones decidís quedarte en casa o pasar más tiempo en ella, considerá este tiempo como una oportunidad. Una pausa para volver a mirar tu hogar como un lugar vivo, con sus propios ritmos y mensajes. Una invitación a que cada rincón se convierta en un aliado de tu descanso, tu bienestar y tu energía vital. Tu hogar puede ser un verdadero refugio, un espacio de poder y calma. Solo hay que aprender a leerlo.

Por Arq. Dardo Gutierrez
Arquitecto y consultor de Vastu
Egresado de American Institute of Vastu, California, EEUU.
www.vastu.com.ar / (+54 9) 221419-7899 / Facebook e Instagram: Vastu, el Yoga de las casas

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