Según últimos estudios que se hicieron en Europa, la avena no contiene gluten en cantidades peligrosas para nuestra alimentación…
¿Qué pasaba y porque era tan temida? ¡ERROR HUMANO como sucede muchas veces en la alimentación! Por eso tenemos que estar atentos a los últimos estudios.
Éstos nos indican que, como la avena naturalmente es un cereal que podría contener gluten en muy pequeñas cantidades, alrededor de 10 mg, que el organismo puede tolerar y digerirlo sin problemas, incluso un paciente celíaco…pero en una alimentación con gluten, se consumen alrededor de 15-20 g de gluten al día…, o más según las personas.
Para tener un consumo de 10 g de gluten habría que comer aproximadamente sólo 4 rebanadas de pan.
El gluten está compuesto por dos fracciones proteicas: prolaminas (solubles en alcohol) y glutelinas (insolubles en alcohol). La denominación de las proteínas varía dependiendo de la especie de cereal y de la composición de cada uno de ellos: en el caso del trigo se llaman gliadinas y gluteninas, que están compuestas por componentes individuales distintos.
La Enfermedad Celíaca o celiaquía se caracteriza por la falta de enzimas digestivas para las proteínas específicas del gluten, también llamada celiaquía. La intolerancia al gluten es una enfermedad que se produce porque hay aumento en la ingesta de alimentos con gluten, y carencia de enzimas que no alcanzan a degradar el exceso de gluten, ya sea por falta de los genes que las producen o por exceso de gluten en los alimentos que se consumen.
Hace unos años, el trigo que se usaba para los productos que “tienen que levar”, como los distintos tipos de panes y otros panificados, fueron modificados genéticamente
y contienen un 30% de gluten: ¡¡con esto se aceleró el tiempo de levado… y también aumento el porcentaje de pacientes celíacos!!
Es el alto contenido en prolina y glutamina, proteínas presentes en el gluten lo que impide una desintegración completa de esas y otras proteínas alimentarias a través de las enzimas digestivas correspondientes.
Las proteínas en general tienen una capacidad inflamatoria superior a las de los otros macronutrientes: hidratos de carbono y grasas.
Como resultado la ingesta de alimentos con gluten provoca en el intestino delgado durante un período de tiempo -el tiempo de digestión de las proteínas,
que es aproximadamente de 2 hr. – la producción de fracciones de proteínas que, al ser descompuestas generan oligopéptidos tóxicos (de hasta diez aminoácidos) que provocan las alteraciones inflamatorias que conocemos…
El sistema inmune reacciona ante esa alteración dañando la mucosa del intestino delgado en un principio, produciendo inflamación y atrofia de sus vellosidades y por lo tanto provocando desnutrición y limitación en la ingesta de los nutrientes.
Ambos síntomas, inflamación y atrofia de vellosidades son los síntomas que nos permiten diagnosticar la EC.
La avena en sí parece NO contener gluten, o lo contiene en muy pequeñas cantidades que no podrían producir ni intolerancia ni otras alteraciones digestivas.
El problema fue la contaminación que tuvo en su almacenamiento, molienda y procesamiento junto a otros cereales que sí lo tienen como el trigo, y en menor cantidad, la cebada y el centeno.
En estos momentos se encuentra en dietéticas y casas naturistas avena SIN GLUTEN, que tienen una molienda especial, limitada a la avena solamente: de ese modo, podemos incluirla en la alimentación libre de gluten.
Para estar seguros hay que comprar aquellas que estén certificadas, deben contener menos de 20 ppm (partes por millón) de gluten.
¡CUIDADOS!
-Puede haber un pequeño grupo de afectados por la Enfermedad Celíaca que NO TOLERA la avena sin gluten al comienzo del consumo: esta intolerancia no se relaciona necesariamente con una reacción inmunológica, sino que síntomas como dolor de estómago o flatulencia pueden deberse al elevado contenido en fibra de la avena. Como al realizar cualquier cambio es aconsejable ir aumentando lentamente la cantidad a consumir.
-La avena contiene una amina similar al gluten, llamada avenina, que parece ser más susceptible a la digestión en intestino, por lo que disminuye su acción tóxica.
-Y también puede haber intolerancia o aumento de la sensibilidad a proteínas que no son las del gluten!
Dra. Elba Albertinazzi
Asoc. Arg. de Médicos Naturistaswww.aamenat.org.ar