Los infinitos estudios realizados en torno al Aloe Vera revelan sus mil y una propiedades. Es inhibidor del dolor, antiinflamatorio, cicatrizante, depurativo, digestivo, fungicida, bactericida, regenerador celular, antibiótico, coagulante, antiviral y desintoxicante.
Se recolectan siempre sus hojas más bajas que, por ser las más viejas, concentran toda su esencia. Para su uso interno, es necesario quitarle los bordes espinosos y la piel que envuelve su característica pulpa de textura cartilaginosa. Si se utiliza para uso externo puede frotarse directamente sobre la piel o aplicarse sobre la zona a tratar en forma de cataplasma.
El Aloe Vera participa como ingrediente básico en innumerables productos de belleza. Tiene la capacidad de penetrar en las tres capas de la piel y expulsar los depósitos de grasa que taponan los poros. Tampoco hay que olvidar que reduce el tamaño de estos. La acción de sus componentes estimula la reproducción de nuevas células, lo que convierte esta planta en un regenerador celular de lujo, al que se suman un poder tonificador y cicatrizante
Si se usa con regularidad evita la aparición de las arrugas prematuras y retrasa la llegada de las propias de la edad. Hay que tener en cuenta que como tiene cualidades astringentes, conviene combinar su uso con aceites y cremas hidratantes.
También oficia como filtro solar frente a los rayos ultravioletas y usándolo de forma regular durante un largo período de tiempo elimina las manchas causadas por el sol.