Tener los huesos y las articulaciones sanas es fundamental para lograr una vida saludable y activa. Ciertos alimentos y nutrientes contienen las materias primas de las que están compuestos los huesos, por lo tanto pueden contribuir con el crecimiento óseo en la niñez y con la salud de los huesos y articulaciones en la vida adulta.
Por el contrario, otros alimentos -como el azúcar- consumen el contenido mineral de los huesos y aumentan el riesgo de que se debiliten en la adultez.
Entre los alimentos ricos en calcio como en magnesio se encuentran vegetales de hojas verdes, sardinas, caballa, mariscos y semillas de sésamo. Habrá que reducir el consumo de azúcar y bebidas gaseosas, ya que ocasionan la perdida de calcio, lo que a largo plazo produce debilidad ósea.
La gota: es un tipo de artritis provocada por la acumulación de ácido úrico en el organismo. Este ácido, que es producto de la descomposición de unas sustancias conocidas como purinas, puede acumularse en forma de cristales en una articulación -generalmente el dedo gordo del pie- y producir un dolor intenso con inflamación.
Las frutas frescas, especialmente las cerezas, y los vegetales ayudan a contrarrestar el efecto del ácido úrico en el organismo. Quienes sufren de gota deben evitar los alimentos con elevada concentración de purinas, entre ellos: carnes, mariscos, porotos, arvejas, lentejas y achuras como hígado y riñón.
Osteoporosis: se produce cuando el tejido óseo se descompone con mayor rapidez que con la que se forma, por lo que los huesos se debilitan y aumenta la posibilidad de sufrir fracturas, en especial en la columna y las caderas.
Es más común en las mujeres que en los hombres y suele relacionarse con la disminución de los niveles de estrógenos (un tipo de hormonas sexuales femeninas) tras la menopausia. Aunque la osteoporosis es parte natural del proceso de envejecimiento, se puede hacer mucho para aminorar su avance.
Nunca es demasiado temprano para tomar medidas y prevenir la osteoporosis. Cuanto más fuertes estén los huesos en la juventud, más probable será que pueda mantenerse esa fortaleza en los años venideros. El azúcar, las carnes rojas y las bebidas gaseosas, así como fumar, tienden a acelerar la pérdida de calcio de los huesos. Otro factor importante para la fortaleza de los huesos es la ejercitación física. Caminar de 20 a 30 minutos por día, el aerobismo y el trote leve ayudan a fortalecer los huesos.
Varios estudios han demostrado que las rutinas que implican la manipulación de pesas reducen la perdida ósea y hasta podrían aumentar la densidad de los huesos.
Greg Wilkinson
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