Todo no es mostrable, todo no es desechable y mucho menos el cuerpo propio. Sorprendida por el avance de las redes sociales por sobre la socialización, por sobre las relaciones humanas, veo al acecho de nuestras vidas imágenes que nos invaden con videítos de golpes, sexo, niños prodigio, asaltos de aquí, de áfrica -por si nos faltaban imágenes-, violencia angustiante en Venezuela; niñas que desean quitarse la vida ante el ojo de las redes sociales y vidas preciosas de mujercitas acalladas para siempre.
Y este telefonito que se nos queda pegado a las manos, y nos ensimisma. Tiempos posmodernos – infrahumanos diría. Hoy que venía pensando en cómo hacemos para parar esta locura que nos mueve de eje, se me viene a la mente la imagen del cuadro tríptico de El jardín de las delicias, de El Bosco, viviendo ilusiones efímeras perdiéndonos de vista. Y me dio miedo.
Disculpas pero tuve un exceso de información en muy poco tiempo…
Y nosotros que hacemos Convivir, qué “caracho” hacemos por todo esto?- me digo. Casi con la garganta ahogada.
Cambió algo en estos 25 años de trabajo por el mejoramiento humano que decimos que hacemos…? Cambia a alguien dar información escrita para leer tranquilo plasmada en el papel. Vale la pena poner a escribir a tantas personas a través de tantas ediciones, animarlos a plantear sus ideas y conocimientos para beneficiar a más de 60.000 personas todos los meses desde hace 280 ediciones?
(Aquí me estoy tomando 1 minuto de pausa…)
Y… Sí, vale…
Vale porque tenemos hijos que criar, porque queremos darles “realmente” una vida mejor y eso se logra a través del amor y del conocimiento. A través del abrazo aquí y ahora, a través de mirar a los ojos y reírte mucho con los tuyos. Vale porque otra no nos queda, porque no nos tiene que pasar la locura por encima. Porque podemos decir basta, hasta acá. Y apagar el celular, la compu y la tele y abrir la ventana, llamar a un amigo o ir a la plaza a patear la pelota. Para eso trabajamos. Para saber decir alto. De esta manera No.
Ahora sí, ya sonriendo: que disfrutes de la edición de Agosto, que ya pronto viene la primavera.
Cecilia Andrada / Directora