Simplifica tu vida

Piensa en aquellas cosas que consumes pero que no son en absoluto necesarias. ¿Ropa? ¿Tecnología? ¿Salidas? De todas ellas, ¿Cuáles te acercan a la felicidad? ¿Cuáles podrías suprimir sin que te vieras afectado?, ¿Te sentirías incluso aliviado por no llevar su carga?

Piensa en todas esas relaciones que no te aportan nada, que solo sostienes por compromiso, por tradición, incluso porque quieres parecer bueno. Todas esas reuniones inútiles a las que acudes por cortesía, cuando quisieras estar en pantuflas viendo una película de Walt Disney con tus hijos.

Hoy en día, la necesidad de simplificar nuestra vida tiene un doble significado: por un lado, nos hace más fácil el camino, más libre, más liviano; por el otro, es una cuestión de responsabilidad social. 

Podría explicártelo, desde mi perspectiva de naturópata, reflexionando sobre la salud. Generalizando, en el mundo de hoy existen dos grandes tipos de enfermedades, las de la abundancia y las de la escasez; unos están enfermos porque están sobrealimentados y otros, porque están desnutridos.

Unos están gordos y enfermos del corazón porque su vida es fácil y llena de excesos, otros están flacos y excluidos porque para llegar al colegio tienen que caminar largas distancias con los pies descalzos y el estómago vacío.

Seguramente tú perteneces al grupo de aquellos a los que al menos les sobra algo de lo que podrían prescindir para ser más felices y simples. Seguramente ese algo le puede facilitar la vida a otra persona. Es una ecuación donde todos ganan y que debe activarse cuanto antes y en forma masiva para que de verdad la prosperidad absoluta sea el estado de cosas planetario.

En el área del conocimiento también nos hemos vuelto complejos y este ya no siempre juega a nuestro favor, más bien se ha vuelto un intrincado laberinto que nos enreda cada vez más; simplificar es cultivar la sabiduría diáfana del observador sin juicios, que no se ata ni se identifica con el conocimiento ni las creencias establecidas, sino que los utiliza en función de un propósito iluminado por el corazón.

Comprender que la INTELIGENCIA es un fenómeno natural que ocurre cuando lo permitimos, el CONOCIMIENTO es un mero instrumento y la SABIDURÍA es la encargada de acoplar y modular la expresión de tus pensamientos y acciones; reconócelos, define el objetivo y permite que expresen su juego creando como lo hace la naturaleza en unidades perfectas, eficientes, sin excesos ni defectos y por el camino más simple

Por Pablo de la Iglesia*
Naturópata 
www.coachnutricional.net
@poreldespertar

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