Ella muy canchera, inteligente, se nota por cómo se expresa, él muchachón gigante, fisicoculturista… ¿qué tienen en común? Ambos son veganos, jóvenes y saludables.
Hoy el veganismo se presenta como una militancia, una resistencia al daño y consumo de animales, en todas sus formas: alimentos, cosmética, ropa. Son los jóvenes quienes asumen con su propio cuerpo este compromiso, algunos en silencio y otros a viva voz. La duda sin embargo persiste, y el veganismo está observado de cerca por los profesionales de la salud surgiendo grandes dudas referidas a las etapas del desarrollo de niños pequeños. Estudios a favor y en contra se disputan lugares en las comunidades científicas, los medios de comunicación, en las casas, en las mesas.
Delfina Diaz Nieva tiene 24 años y es rosarina, Licenciada en Administración de Empresas, trabaja en la empresa de su familia, Ceral Alimentos Diet, que ya ha sacado varios de sus productos aptos veganos comparte una charla informal con Convivir, junto a Sebastian Blue, un joven físicoculturista vegano, de 30 años, entrenador, tiene su gimnasio (lo sponsorea la firma Veggieland).
«Soy entrenador, básicamente de atletas veganos y vegetarianos- nos cuenta Sebastián- soy fiscoculturista vegano también. En Latinoamérica cuando arranqué no había ningún fisicoculturista vegano y tuve que aprender todo de cero y hoy en día fue una motivación para mucha gente que realmente empezó a hacer este tipo de preparaciones que el común de la gente pensaba que no se podía hacer. Realmente los veganos pensaban que no se podía hacer…»
Es que todos tenemos prejuicios, y en un país “carnista” como el nuestro, donde el asado es insignia, nos olvidamos de que nos alimentamos con el sufrimiento de otro ser, en malas condiciones de vida. Pero ¿qué hay de nuestra naturaleza, hasta donde respondemos a nuestra animalidad o a esta altura de las cosas ya consumimos por costumbre?
«…Yo creo que seguimos consumiendo animales por desinformación- reflexiona Delfina- para mí ser vegana se trata de respetar a todos los seres vivos, te caigan bien o mal, sólo por el derecho que tienen todos a la vida y no a la esclavitud. Los veganos no somos especistas, nosotros usamos el término especista como discriminación de especies: si sos perro te amo, si sos vaca te como, si sos zorro te uso de tapado. Una persona vegana es un punto neutro porque solo salva a los animales que ella se iba a comer o iba a financiar su explotación, una persona que suma es una persona vegana activista, que intenta que el resto también deje de comer animales y deje de utilizarlos para cualquier cosa”.
El núcleo familiar es el primero que se revoluciona ante un vegano, su resistencia genera miedo y preocupación de la familia, las familias se “resisten” al vegano.
«Sobre todo es desinformación- reflexiona Delfina- porque piensan que me puede faltar un nutriente, porque me ven como una rebelde, también a mí me sorprende. Fijate lo loco que está el mundo que el rebelde es el que no mata…”
“Cuando la persona que está liderando esa nueva tendencia, lo toma de forma firme – señala Sebastián Blue- la familia muchas veces la sigue. Por ejemplo mi padre ahora es ovolacteovegetariano. Durante 10 años me vio, yo hace 15 años que no como carne, solamente por tener proximidad con la persona, él tomó el ejemplo, no de alguien ‘superior’, sino del hijo…»
Esta tendencia al veganismo está arraigándose fuerte entre los jóvenes, y las empresas ya lo están leyendo.
«Cuando comencé como deportista a nivel competitivo yo comía mucha proteína animal (hasta 2kg de carne por día)… paso un año o dos y ya no pude seguir adelante con esto porque hice la conexión entre la vaca o el animal, porque puede ser cualquiera, y lo que estaba en mi plato. Es el punto de quiebre es entre lo que uno piensa y lo que uno hace”.
Sucede entonces un día UNO…
«Es el día UNO, cuando uno piensa que es lo correcto y toma acción – asegura Delfina Diaz Nieva- puede desencadenarse con algo trivial: en casa de mi tía me dio pena la milanesa de Raya. ‘¿Cómo Raya?’, pobrecita! … la raya me pareció ‘pobrecita’…y me dijo mi tía: ‘Comés pescado, comes vaca ¿qué tenés con la raya?’ Y ahí me hizo ruido porque era verdad. A la semana un amigo me habla: ‘Hay gente a la que no le interesan los animales y vos me decís que los amás, pero te los estas comiendo, a los que no les interesa bueno, pero vos… sos una hipócrita.’ Y dije: ‘No quiero ser una hipócrita’. En ese instante me hice vegetariana.
…Quiero recomendar algo: un documental que se llama What the health?, está en Netflix. Habla de estas enfermedades silenciosas pero que son las que más matan; las enfermedades cardiovasculares: colesterol, diabetes, hipertensión, ACVs. Por lo menos en un 60% aumenta los riesgos (de algunos cánceres también) el consumo de animales, en 2016 hubo 1.6 millones de muertes por estas enfermedades en el mundo, y esos números van en aumento».
Podes seguir a los chicos por las redes:
Delfi en @delfidiaznieva -vegana activista en Rosario, se desarrolla en el área de Marketing de alimentos.
Seba @nopain.allgain, quien es entrenador, fisicoculturista y coach vegano
No solo los jovenes se convierten en veganos. Yo tengo 60 años y llevo mucho tiempo de vegetariana y algo menos de vegana, junto a mi esposo.