La duda, enquistada en la naturaleza humana hace de las suyas jugando con nuestras emociones, decisiones y talentos… Ay la duda! Esa que nos ensombrece y no nos deja.
Termina este año duro para “todes”, lleno de acontecimientos barbaros, de barbarie, foráneos, buenos quizás? ¿Cómo evaluar el año? Ponerle un 40 un 38 o un 36? Si parece que latimos a un ritmo que no es el nuestro!
Termina este año y sigo buscando cosas para agradecer, ojo, siembre las hay, esa es una gran verdad. Entonces respiro hondo y ahí va: Agradezco a todos mis amigos y afectos que me acompañaron cuando perdí a mi papá en mayo, agradezco a mi papá por todo lo que me dió y por todo lo que no me dio que me hizo crecer aún más. Agradezco a la vida por mis amores chiquitos y grandes que son refugio. Agradezco a los lectores y sus mensajes amorosos, locos y competentes, a los nuevos amigos que escriben sus columnas con tanto amor y compromiso; y a los columnistas de siempre, por su sabiduría, responsabilidad y cariño sincero.
Agradezco a nuestros anunciantes que permiten que Convivir llegue a las manos de 50.000 personas, por su esfuerzo en tiempos difíciles y por seguir diciendo “presente”.
A nuestros distribuidores, y Dietéticas, por el amor que ponen que sobrepasa la simple “entrega”, Gracias a vos que nos lees en papel y a vos nuevo lector que nos seguís por las redes.
Sí, hay mucho esfuerzo puesto acá, a pesar de las crisis somos fuertes y no nos tira un ventarrón…nos hará trastabillar un poco, pero cuando hay equipo, hay equipo.
Una querida dietética de la cual somos vecinos, charlando, “haciendo puerta” como algunas mañanas sucede, me cuenta que está pensando en la realidad y duda, incorpora todo lo que quiere y sigue invirtiendo o se queda quieto: – “La gran duda de hoy es Ser o no Ser”- me dice.
Siempre hay que Ser, Oscar, siempre.
Cecilia Andrada – Directora