Resulta que estar atento tiene sus consecuencias. Ves de más, te enterás de lo que no querés. Te “salta la ficha” rápido cuando ves repetir actitudes grandilocuentes en supuestos iluminados, que ya viste mil veces, que caíste dos, que te las señalaron tres. Es estar despierto o estar grande, me pregunto. No son sinónimos, pero cuando venís atento desde hace algunos años, las dos características se conjugan.
¿Qué viste, me preguntás? Vi que se repiten fórmulas pasadas disfrazadas de modernas, veo que somos los mismos, haciendo lo mismo… Que pocos frenan, ponen un banquito y se hacen preguntas. Vi el afán por entrar en nuevos lenguajes sin terminar de entender de qué estamos hablando. Vender algo, de maneras nuevas y que finalmente son las viejas nuevas maneras. Veo a veces, cuando me detengo y me pregunto, que lo importante, quien sos vos, quien soy yo… a donde vamos… sigue en la nebulosa de “en babia”. Charlas metafísicas de este mes habla de que parecería que vivimos en la luna y no acá, vos y yo. Y duele, sigue doliendo.
¿Ahora viene el remate? …Sí! Te contesto.
Es más difícil estar despierto y tomar consciencia de las pocas cosas de las que podemos estar conscientes; sin embargo desde hace un par de ediciones yo, nosotros, nos estamos contactando con gente que de verdad está cambiando el mundo de sus comunidades. Que hace, que ofrece soluciones. Que trabaja para, por y con los demás. Para lograr un cambio real. Te invitamos a encontrarlas en nuestras páginas, con tranquilidad, tomate un rico té, probá alguna de las opciones deliciosas, sanas y revolucionarias que ofrecen quienes nos acompañan, y leé, informate que el tiempo y el propio territorio que sos vos, es sagrado.
Cecilia Andrada – Directora