Mi viejo – Junio 2018

Mi viejito lindo, papá globo, se nos fue de las manos esta vez.

El niño eterno, el poeta, el árabe. El periodista, Orly, Orlandito, Orlando Jesús, Jesús como nombre escudo, todo eso, todo eso mío era él. Se fue con sus libros escritos en servilletas de papel, eternamente leídos para mí en los bares: Se fue con su cuento “inspector de pájaros”, con la “lagrima (permanente) en el ojo del Cacalo” con sus historias de Liniers, de niños que se van con el circo, de zapatilla certera en nuca, su Tucumán querido, sus cafés con medialunas, sus rulos locos.

No quería escribir nada en la editorial, porque hoy me duele mucho. Pero papá era parte de Convivir, parte de nosotros en todas sus acepciones. Dulce y bravo pero ante todo, bueno.

Su fallecimiento en los últimos días de mayo nos dejó con el corazón hecho nudos. Él personalmente se encargaba de muchos de los anunciantes que nos acompañan: «escribí algo sobre él!», me pidió Leonardo Brandi (El poroto loco). “Murió Jesus!!”- fue el grito de la gente de Maria E… los llamados… las voces quebradas en el teléfono, las explicaciones que tuvo que dar nuestro compañero Cristian a sus clientes que lo dejaban “partido” cada vez. Pienso hoy en los que se enteran por acá también… Es así, es parte de la vida. Ojalá pueda poner esta vez en práctica todo lo aprendido sobre espiritualidad, sobre evolución humana, sobre el amor infinito.

Mi papá se queda conmigo, conmigo y con Luciano, por siempre jamás.

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