Primero hay que saber vivir

“No es sin sufrimiento” exclamó el relator y todos desde casa asentimos como aceptando el Karma que nos toca… Con el corazón en la mano participamos en este código humano de medirnos con otro, como en una batalla por el honor, donde se juega más que la habilidad con la pelota. Se juega el pasado, se juega la historia que nos une, los dolores comunes, las injusticias, las desigualdades…el amor inexplicable al Diego… y el sentimiento renovado de sentirnos Uno con la Madre Patria. Mil promesas inexplicables salieron de nuestras bocas implorando al cielo, convencidos de la intervención divina en todo este entuerto. Para al fin quedar liberados, como en un antiguo mito griego, con los brazos en alto. ¿Cómo explicar la pasión? No se puede.

Chicos y grandes deseamos mantener esta sensación de fiesta, de igualdad, de unión, y que no se borre nunca de nuestros genes. Sin embargo y poco a poco la musiquita de “en argentina nací…” dejará de dar respingos en nuestras cabezas, aunque me acompañe la certeza inigualable de que algo permanecerá:  el haber comprobado lo felices que somos cuando descubrimos que pertenecemos al mismo equipo. 

Esta edición Convivir enero invita a seguir pensando y eligiendo cómo queremos vivir nuestra vida. No es sin compromiso, no es sin involucrarse, porque entendemos -como nos muestra el fútbol y todos los deportes- que para ganar primero hay que comprometerse, saber perder y volverse a levantar.  

Que este 2023 nos sea venturoso, que el triunfo nos acompañe, (que la fuerza nos acompañe) y que nunca dejemos de soñar, ni de jugar.  ¡Feliz 2023!

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