Ese verde no tan verde
Según sus características la producción orgánica respeta los ecosistemas biológicos y sociales, prescinde de agroquímicos (fertilizantes, plaguicidas), no trabaja con semillas ni especies modificadas genéticamente. Ayuda a conservar el medio ambiente (agua, suelo, aire, biodiversidad) y como resultado, la producción obtenida es de más alta calidad nutricional y no contiene trazas de pesticidas, anabólicos, hormonas, ni aditivos sintéticos.
Argentina, debido a las características de sus suelos y biodiversidad, tiene una ventaja frente a otros países en lo referido a producción; pero también una desventaja: la realidad económica hace al producto orgánico solo accesible a esferas económico-sociales más acomodadas.
Invitamos a charlar con Convivir al Ing. Agrónomo Facundo Soria, quien desde hace años se desarrolla como funcionario en el Área de promoción de la Producción Orgánica, en la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación.
Cuando se habla de “revolución verde”, no se refiere a una producción agrícola ecológica…
-No! Revolución Verde es una denominación internacionalmente utilizada, que surgió en el siglo XX (a partir de 1960) que refiere a un incremento enorme en la productividad agrícola – no tan verde- empujada por un lobby particular de empresas que vieron la veta comercial de vender insumos para el agro, básicamente fertilizantes, primero de síntesis química, luego plaguicidas también de síntesis química; después se complementó con lo que es la semilla tratada o genéticamente modificada/manipulada y nunca terminó. Fue una revolución porque cambió la forma de producir clásica de la agricultura que nació con el hombre o un poquito después pero que ya lleva más de 10.000 años. A partir del siglo pasado cambió radicalmente la forma de producir y se hizo dependiente de insumos externos de este tipo.
Entonces, mayor producción igual a enormes ganancias, gran capacidad para alimentar humanos y animales, pero… ¿el costo ecológico comenzó a verse a los pocos años?
-Exacto, con la excusa de un mundo creciente en población, que necesitaba más alimentos, se subió a este tren y realmente aumentó mucho el rendimiento; pero no fue gratis, fue a costa del medio ambiente y de la salud humana. Y esto generó un movimiento alternativo: la producción orgánica, que aún no deja de ser minoritaria.
¿Es tendencia mundial la preferencia por el consumo orgánico?
-Sí, pero depende de la política que asuma sobre esto cada país o el bloque al que se pertenezca. Por ejemplo, en la Unión Europea, sí se tiene establecido que es una tendencia que el consumidor vislumbra y elige consumir orgánico, digamos que se hizo el lobby suficiente para que la política internacional lo tome como un eje básico. Por eso ellos definieron que al 2030 el 25% de sus tierras productivas tienen que ser orgánicas y el 75% restante no tiene que ser muy diferente, entonces va orientado todo hacía ese lugar. Pero en el resto de los países -que no son Unión europea- no sucede.
¿Hay países con mayores posibilidades para producir orgánico?
-Como “posibilidad” todos los países pueden producir orgánico. Y Argentina es un país que tiene una ventaja competitiva y comparativa enorme respecto a otros países. Si lo comparamos con China, por ejemplo, acá hay ríos que todavía no están contaminados, tierras que todavía son productivas, todavía hay bosque natural, monte, los servicios ambientales están bastante fortalecidos; y esto en países como China aun no sucede tanto. Pero en realidad los países que están por esta línea son Unión Europea, Estados Unidos en ciertos puntos…
Hablemos de la gran India y su producción FOR EXPORT …
(NR: Según datos que informa OIA India siguió siendo el país con más productores orgánicos (1,6 millones). Algo más de 76,4 millones de hectáreas se gestionaban de forma orgánica a finales de 2021, lo que representa un crecimiento del 1,7 por ciento o 1,3 millones de hectáreas en comparación con 2020.)
-Bueno, India vislumbró la posibilidad comercial de abastecer o de ser un abastecedor mundial de consumo orgánico que está establecido en los países desarrollados y, sin embargo, no puso el acento en desarrollar su propio mercado interno, porque, en definitiva, uno puede desarrollar una posición orgánica como oferente y no como consumidor.
¿Los argentinos elegimos consumir orgánico?
-En realidad argentina consume muy pocos productos orgánicos, aunque es un sector que crece; a pesar de las crisis crece, pero está muy condicionado básicamente por dos cosas: por un lado, una la falta de conocimiento de lo que es “orgánico”, una confusión sobre lo que ES y lo que NO ES. Y, por otro lado, por el poder adquisitivo. ¿Es tendencia o una evolución? Sí.
Aunque la realidad económica indica que cada vez podemos elegir menos este tipo de productos. Hay sectores de nuestra sociedad que comen lo que pueden, desde hace muchísimos años, y no lo que quieren, debemos ser conscientes de esto. Pero, entre los que sí pueden elegir, se está optando por los productos orgánicos y no sólo eso, también por los productos que son sustentables o sostenibles. Estos productos se vuelven más atractivos al consumidor, que es más sensible a este tipo de atributos, y más consciente de que sus decisiones personales repercuten el ambiente y en la situación a nivel global; por eso los productos orgánicos son tal vez los más posicionados en este concepto.” Continuará….
Por Cecilia Andrada
CONVIVIR