Hay una antigua fábula china que habla sobre una persona a la que le ocurren situaciones desafortunadas; pero en el conjunto esas circunstancias lo llevaron a un bien mayor.
Bueno, malo, quién sabe si esto que estamos viviendo en conjunto dé por resultado ese cambio profundo que esperamos. O no… Sencillamente pasará, quedará como una anécdota, que recordaremos cada uno desde nuestro lugar emocional y espiritual; enojados, amorosos, solos o acompañados, abundantes o carentes… Vivos o recordados.
No podemos dejar que esta oportunidad nos pase por encima o nos enoje y nos haga perder el tiempo.
“Como no volver a la normalidad” y “la adaptación a la cuarentena” fueron los tópicos para nuestras notas del mes. ¿Por qué? Porque vimos salir tantas cosas buenas a partir de este hecho desafortunado que nos encierra en casa que creemos que muchas cosas no tienen que volver a la normalidad a la que estamos acostumbrados. La ecología, por ejemplo, la falta de tiempo para estar con los niños, o con nosotros mismos. El pensar en el bien común. El estar agradecidos por lo que tenemos, qué es mucho, qué es poco, qué es verdaderamente importante. Eso sacó esta cuarentena a relucir.
Hoy es el momento de analizar cómo volveremos a la rutina. Como mariposas que disfrutan y se adaptan a las corrientes de aire o como polillas enceguecidas por la luz. Preparémonos para no volver a ser los mismos a los que la vida les pasa por al lado, entendamos que todo nos compete y conforma. Ayudando me ayudo en un círculo virtuoso. Entonces levantemos la mirada, el ombligo en el recuerdo y no dejemos pasar esta oportunidad. Bueno, malo, quién sabe…
Cecilia Andrada – Directora