En los albores de una nueva era de conciencia holística, la ecología se propone como la guía material de todas las decisiones a tomar en el futuro. Nada que no sea sustentable podrá pensarse, de aquí en más, como un bien de consumo. La emergencia ecológica en que nos encontramos nos obliga a repensarnos como especie y como ser social, partes de un colectivo donde estamos todos interconectados, entre nosotros y con el entorno. La tarea se realiza en lo cotidiano en el intercambio continuo con nuestros pares, mientras la conciencia ecológica se expande entre los consumidores y productores, la demanda de bienes y productos eco-sustentables crece y exige cada vez más, mayor conocimiento y divulgación sobre las técnicas de producción, manipulación de materias primas y sometimiento de la naturaleza.
La hora de la reflexión y el cambio se han instalado en muchos hogares y el consumidor consciente busca ávido productos de extrema calidad y pureza, no contaminados, no manipulados química o genéticamente, o no manipulados únicamente por un marketing engañoso y fraudulento, que sólo busca adquirir sustanciosas ganancias a bajo costo, disfrazando productos convencionales de síntesis química como productos ecológicos y naturales.
Claro que la diferencia en los costos, son sustanciales, la síntesis química permite bajar los costos 10 a 1 con respecto a un producto natural, en algunos casos esta diferencia puede ser aún mayor y esto lleva a la especulación de las grandes multinacionales que sostienen una producción masiva de productos convencionales con un alto porcentaje de derivados del petróleo. Con un pequeño porcentaje de algún activo natural u orgánico lanzan un producto como natural u ecológico, pero detrás de ese producto hay un engaño y una campaña de marketing masivo.
Para no caer en el engaño de estos productos nada mejor que buscar en la letra chica de las etiquetas aquellas sustancias que sabemos que no son buenas para la salud humana, como los aditivos sintéticos para realzar color, sabor, aroma, o conservantes, perfumes, endulzantes, petrolatos. Son importantes las consideraciones éticas como la ausencia implícita de toda forma de crueldad contra los animales o explotación de la niñez. Inclu
so el consumidor consciente hace un seguimiento más profundo y googlea los productos, sus ingredientes, pero también a los fabricantes, su historia y su trayectoria. Al día de hoy, cómo se formó la empresa, cuáles fueron las motivaciones, sus objetivos y cuál es la cara oculta detrás de la misma termina siendo un factor decisivo a la hora de fidelizar al cliente.
Esto nos da un panorama más claro y concreto de las demandas y exigencias que se vienen por parte de nuestros consumidores y clientes, y de la responsabilidad social de las empresas. Pero también vemos cómo surge la tendencia a preguntarnos ¿Quiénes están detrás de los productos que llevamos a nuestro hogar y compartimos con nuestros hijos y familia?
Sobre esto se puede reflexionar mucho y querer respuestas para muchas otras preguntas ¿Es lo mismo o genera la misma confianza que detrás de un producto, haya una empresa familiar que lo produce y lo consume a una que lo produce y sólo lo comercializa? ¿Es lo mismo una PYME familiar comprometida con el medio ambiente a alguna multinacional que usa mano de obra esclava para producir en el país de origen de ese producto? ¿Es lo mismo que detrás del producto existan emprendedores comprometidos a que sea una junta de accionista quienes tomen las decisiones para bajar costos y tener mayor rentabilidad?
El mercado está cambiando porque los consumidores están cambiando y esto conlleva un cambio en los sistemas de producción. Nuevas prácticas, nuevas técnicas y nuevos protocolos se hacen necesarios a cada paso, porque ya no podemos hacer más las cosas del mismo modo. Nuevos métodos de producción son necesarios e inevitables ya que la sociedad y la cultura lo demandan.
Esta demanda de productos conscientes, ante tanta contaminación y polución son cada día más necesarios para estar saludables. Nuevos sistemas de comercialización y de distribución se hacen urgentes e imprescindibles para que todo cambie y orgánicamente y podamos entrar en un circulo virtuoso de producción y distribución acorde a nuestras necesidades más básicas. Las de tener Agua limpia, aire limpio y una tierra rica y sana. Todo esto, no es posible si no crecemos juntos, si no hacemos escuchar nuestras demandas y ejercemos nuestro derecho de vivir una vida saludable. Para esto es imprescindible el compromiso y el intercambio para generar nuevos conceptos de producción y mercados más justos, más saludables, más diversos y más creativos.
Ignacio Conde / iconde@boti-k.com