El baño, más allá de ser parte del día a día, es un momento de intercambio y el estar en contacto ayuda a afianzar el lazo con nuestros hijos.
El baño es un momento importante tanto para padres como para el bebé, porque allí se comparte tiempo, hay intercambios, se va construyendo y afianzando el vínculo. El bebé disfruta la voz, que sus padres le canten, de los juegos, ya que éstos son momentos placenteros tanto para el bebé como para la mamá (o quien comparta esta actividad con el bebé) El juego es una necesidad y un derecho del bebé porque es desde esas experiencias placenteras que aprenden.
El contacto piel a piel es muy importante, es una manera de comunicarse sin palabras, a través de las caricias y los mimos, es abrir un nuevo canal de comunicación a través del contacto. El bebé necesita del contacto para crecer y desarrollarse. En este sentido, el masaje infantil tiene múltiples beneficios tanto para el bebé que recibe el masaje como para quien lo realiza. La práctica del masaje infantil ayuda a mejorar el sueño del bebé, colabora con la eliminación de gases y cólicos, favorece la relajación y ayuda a liberar tensiones, la estimulación del sistema digestivo, el sistema nervioso y circulatorio. Además, incrementar el contacto mamá – bebé, conociendo mejor al bebé y las señales que éste manifiesta, favorece el apego y el vínculo.
¿Desde cuándo es recomendable realizarles masajes a los bebés? Desde el primer mes de vida en adelante sin límites de edad. Cuando la rutina del masaje puede incorporarse a toda la familia, todos pueden disfrutar y compartir de un momento maravilloso donde se fortalecen los vínculos a través del contacto.
Lic. Fernanda Gómez
Psicóloga Fundación Hospitalaria
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