Nuevas tendencias en el consumo

Ante tanta polución y contaminación que nos rodea, es necesario protegernos y preservarnos como sea posible tanto en la alimentación, como en el cuidado de la piel y el cabello. No sin antes una profunda reflexión de porque llegamos a esta situación tan complicada para nuestro amado y expoliado medio ambiente. Hoy podemos ver en el horizonte, las nuevas tendencias del consumo, que denotan un cambio en el comportamiento con respecto a nuestro entorno y nuestra salud. Esto sucede en la alimentación principalmente, pero está ampliándose muy rápidamente al sector de la cosmética y la higiene personal.
A la hora de elegir productos de cosmética e higiene es importante tener claros los principios y criterios que definen la forma en que vamos a cuidarnos. Nuevas tecnologías, nuevos descubrimientos científicos sobre la genética y la biotecnología nos ponen de cara al futuro con la posibilidad de productos maravillosos, pero también surgen nuevas tendencias que evocan un pasado que siempre fue mejor, y a una vuelta a lo natural.
Sobre eso nos habla el mercado que se agita con nuevas formas de consumo, cuando creíamos que ya estaba todo visto y que nada nuevo bajo el sol aparecería por la saturación de productos y marcas en este sector, más allá de los descubrimientos de las nuevas tecnologías que nos ofrecen la panacea para rejuvenecer algunas décadas en pocos minutos y que son muy poco accesibles al público en general, no se esperaba demasiado.
El mercado nos sorprende y lejos de ser así, una invasión masiva de nuevos productos “naturales” aparece en todos los canales comerciales. Como una nueva fiebre del oro, marcas y empresas pretenden exprimir al máximo esta nueva tendencia, bajo un Marketing engañoso y fraudulento contando con un consumidor aturdido por la publicidad y la televisión. Entonces ¿Cómo diferenciar a un producto natural de uno convencional sin ser presas del engaño del Marketing y la Publicidad?
Los especialistas nos hablan de las certificaciones por medio de organismos privados y oficiales. El riesgo en la salud es muy alto, y pocos hoy en día se atreven a confiar ciegamente en las marcas y empresas que no tengan todo en orden. Regulaciones del ANMAT y certificaciones de organismos internacionales se hacen imprescindibles. Ya no se puede dar nada por sentado, que un producto este a la venta en una tienda, no garantiza que ese producto sea confiable.
Muchos comercios venden productos de cosmética artesanales sin ningún tipo de control o supervisión de cómo estos productos fueron manufacturados, del origen de las materias primas o la sanidad e higiene en los lugares de producción. El control de contaminantes biológicos (hongos, bacterias, algas, protozoos) es fundamental. Además, las materias primas y activos pueden perder sus propiedades muy rápidamente sin una manipulación adecuada por oxidación, fotodegradación, temperatura o pH inadecuado.
Cuando compramos estos productos de cosmética e higiene es importantísimo tener en cuenta ciertas precauciones. Un producto que luego pondremos sobre nuestra piel y la de nuestros hijos necesitará de supervisiones y estrictos controles. Claro que, si solo los mueve un afán de lucro, estos controles y protocolos de análisis les parecerán carísimos y tratarán de evitarlos, dejando un vacío legal y al consumidor desprotegido.
En algunos países como la Argentina y en muchos de Sudamérica, falta la regulación que permita distinguir entre los productos orgánicos y naturales de baja carga química y los productos convencionales de síntesis química. Falta también la responsabilidad de las marcas y una regulación acorde a la hora de transmitir esto a través del marketing o la publicidad. Por suerte está emergiendo un interés oficial por este tipo de producción natural y orgánica en muchos países y la Argentina, a través del ANMAT y otros organismos internacionales como las certificadoras de producción orgánica, no está exenta.
No solo es un sector del mercado en crecimiento, sino que es un nuevo tipo de consumo que necesita un tratamiento y regulaciones especiales. Estamos hablando de la salud de los consumidores y este necesita ciertas garantías que solo organismos oficiales e internacionales pueden ofrecer. Desde el uso de materias primas certificadas a los métodos de producción, pero también férreas regulaciones a la difusión, marketing y publicidad de estos productos, para no caer presas del engaño masivo a las que estamos expuestos por parte de empresas y marcas inescrupulosas y por falta de regulaciones.
Hoy en día en marketing y publicidad todo es natural, el petróleo, el plástico y los venenos sintéticos y la ingeniería genética. La publicidad dice natural sin discriminar y muchos consumidores también compran sin discriminar. Pero no todos, la nueva tendencia es hacia un consumidor consiente.

Ignacio Conde /iconde@boti-k.com

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