Propiedades de los Omega 3 en el autismo

Los aceites Omega 3, una variedad de ácidos grasos esenciales, contribuyen a mejorar la condición autista.

Los Omega 3 (ω3) son una variedad de lípidos esenciales, entre otras cosas, para el desarrollo del sistema nervioso desde la misma concepción y durante los primeros años de vida; por supuesto, también para su mantenimiento a lo largo de toda la vida.

Como es de esperar, su consumo adecuado también ayuda a mejorar el estado general y la respuesta cognitiva de las personas con trastornos del espectro autista.

Los Omega 3 en la infancia

En niños en edad escolar se ha observado claramente la importancia de los Omega3 en áreas como:

– Mejoría cognitiva

– Desarrollo de la visión

– Mejora de las funciones motoras

– Mayor capacidad de aprendizaje y la memorización

– Disminución de la incidencia de déficit de atención

– Aumento del coeficiente intelectual.

Si la carencia se da en este tiempo, sus efectos pueden manifestarse también más tarde en la edad adulta.

Siempre insisto con los padres:

La mejor herencia que pueden dejarle a un niño es alimentarse bien TODA la familia.

Hay muchísima información disponible para contribuir a la prevención y reversión de la epidemia creciente de autismo o para mejorar el curso de uno ya declarado. La mayoría de las claves fisiológicas se encuentran en la salud intestinal y en la intoxicación con mercurio; para profundizar en este sentido, recomiendo la lectura del libro GAPS, EL SÍNDROME PSICOINTESTINAL de la Dra. Natasaha Campbell- McBride.

Naturalmente hoy nos vamos a referir específicamente a los Omega3. En las personas con un trastorno del espectro autista, se ha observado que una deficiencia de ácidos grasos poliinsaturados puede estar provocada por un metabolismo hiperactivo, aunque más bien me inclino a que una carencia de ácidos grasos predispone a un metabolismo hiperactivo. Como sea, esto genera investigaciones en torno a estas sustancias, en especial los ω3 y si el enriquecimiento en la dieta con ellos podría atenuar los síntomas del autismo.

Un estudio israelí revela grandes mejorías con los Omega3

Un pequeño estudio llevado a cabo por investigadores de la Soroka University (Israel) en 10 niños entre los 4 y los 7 años a quienes se les suplementó su dieta con 1gr diario de ω3 de origen marino por tres meses; el mismo resultó en una mejoría en un 88% de ellos.

En la Escala de Evaluación del Autismo que se utiliza habitualmente para medir la intensidad de los síntomas, se observó que la misma había sido de un 33% en promedio. ¡A mí me parece espectacular! Hablamos de un nutriente sin efectos secundarios negativos, con un montón de efectos secundarios potencialmente positivos -además de los buscados para el autismo- y de fácil acceso para todos que puede marcar la diferencia entre la dependencia o la autosuficiencia.

Resultados auspiciosos se repiten en España

El tratamiento con ω3 en pacientes con autismo también se evalúa en el Hospital Gregorio Marañón y otros centros asociados (España) y han encontrado que mejora la estructura y funcionalidad de la membrana celular en niños y adolescentes con trastornos del espectro autista (TEA).

,En el ensayo han participado 80 pacientes y también han observado una mejoría en la motivación social de los mismos durante el estudio.

Omega 3 y aceite de cáñamo

Si te planteas consumir aceite de cáñamo ten en cuenta que la investigación indica que su efecto es más positivo si a la vez incorporamos un consumo adecuado de grasas omega-3 en forma de EPA o DHA derivadas del pescado, el krill o algunas algas.

El sistema endocanabinoide funciona mejor de esta manera, pues los ácidos grasos omega-3 favorecen la actividad de los receptores de cannabinoides volviéndolos más activos y estimulando a su vez su producción endógena en el cuerpo.

El aceite de pescado, de krill o de algas ricas en EPA y DHA, una vez más demuestra ser un recurso invaluable para la salud.

Consejos adicionales

Definitivamente, aunque es necesario investigar más, no vale la pena negarle a nadie una posibilidad que puede aportar calidad de vida prácticamente sin posibilidades de efectos colaterales indeseables y a un costo mucho más económico que otros fármacos.

Además de los aceites ω3, un punto a considerar es el de la calidad de los aceites de mesa; mi opción preferida, por su relación costo beneficio, es el aceite de oliva virgen extra. Así mismo, si a esto le agregamos frutos secos, niños y adultos alcanzaremos con mayor facilidad un equilibrio general de ácidos grasos esenciales, no solo para los ω3, sino también para los ω6 y ω9.

Aquí hemos destacado apenas algunos aspectos con los que la medicina natural puede contribuir a mejorar la condición general en estos casos, mejoras que muchas veces determinan la diferencia entre la dependencia o la independencia; en otros, los resultados son realmente espectaculares.

 

Pablo de la Iglesia
Naturópata 
www.coachnutricional.net 
@poreldespertar           

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