A medida que la gente envejece, el sistema inmunológico que protege al cuerpo de las bacterias, virus y enfermedades de todo tipo, comienza a decaer. El sistema inmunológico está compuesto de la glándula timo, bazo, ganglios, conductos linfáticos, células blancas de la sangre, médula ósea (donde se fabrican las células blancas) anticuerpos e interferón. La glándula timo localizada detrás del esternón es la que dirige cierta cantidad de células blancas de la sangre y linfa llamados linfocitos T.
Estos a su vez, forman el 90% de las células de la linfa y del 20 a l 30% de los leucocitos de la sangre. Los linfocitos son vehículos de información inmunológica y participan en la formación y en el transporte de los anticuerpos. Cuando el timo deja de funcionar eficientemente por mucho tiempo, sustancias tóxicas perjudiciales, bacterias, virus y células cancerosas no son atacadas y quedan libres para invadir los tejidos del cuerpo.
Las instrucciones del timo pueden a su vez ser confundidas y algunas de las células defensivas atacan a los tejidos del propio cuerpo (es lo que llamamos enfermedad autoinmune), este proceso alterado puede a su vez ser la causa de enfermedades como una artritis, lupus eritematoide y esclerosis múltiple (estos casos exigen dentro de los cuidados higienistas la supresión radical de toda proteína animal de la dieta, incluido huevos y derivados lácteos como el yogurt y el queso durante todo el tiempo que sea preciso), procesos de naturaleza degenerativa, que pueden acabar con la vida del sujeto.
Estudios científicos han demostrado que la glándula timo puede incrementar su capacidad funcional, mejorándola, y evitando los daños antes citados, con una aportación alta de cierto número de nutrientes que incluyen las vitaminas A, C y E, minerales como el zinc y selenio, y uno de los aminoácidos: cisteína (aminoácido no esencial procedente principalmente de la destrucción de otras proteínas).
Las enzimas llamadas proteasas pueden estimular ciertas células del sistema inmunológico. Las mejores fuentes que podemos encontrar para estas enzimas son la piña y la papaya. Estas enzimas pueden también ayudar dentro del organismo en la destrucción de los depósitos duros que se forman en las arterias.
“La cultura de los germinados” / Marc Ams