Moquillo nervioso, homeopatía y sentido común

El moquillo o enfermedad de Carré, es una virosis que padecen los caninos. Es infecciosa, contagiosa y muy fácil de prevenir. Hay que vacunar desde los 45 días de vida, con los refuerzos cada 21 a 30 días hasta los cuatro meses, según la indicación del veterinario. Los homeópatas en general vemos con reserva a las vacunas, porque pueden provocar algún problema. En este caso, como en el del parvovirus y rabia evaluando los pros y los contras, no hay ninguna duda que hay que vacunar. Hoy traigo este tema, porque si bien en el barrio donde tengo la veterinaria, en Flores, como en la mayoría de los barrios de la Ciudad de Buenos Aires, hace muchos años que no vemos ningún caso y esto es porque la mayoría vacuna. Sí veo casos de provincia. A partir de la pandemia se incrementó mucho la atención virtual. Siempre que haya un colega que pueda ver y controlar al paciente, lo podemos manejar a distancia, por internet.  Videollamadas mediante veo de vez en cuando casos de moquillo. Este último mes tuve tres casos seguidos y todos ellos venían de forma semejante. Estado de la enfermedad en la fase neurológica, con tics, vocalizaciones, tambaleos y algunas convulsiones. Todos ellos venían con la prescripción de EUTANASIA. Los dueños de los pacientes estaban dispuestos a pelear hasta el final, pero los colegas tiraron la toalla. Es sumamente comprensible, pero inaceptable. Porque siempre se puede hacer algo para pasar esta etapa tan complicada. La homeopatía tiene herramientas suficientes para hacerlo. Como cada caso es individual hay que estudiarlo minuciosamente, para indicar el mejor tratamiento en cada caso. Sabemos que la mortalidad de la enfermedad está cercana al 90%, que es una enfermedad muy larga y cruel. Que el cachorro (generalmente son perros de corta edad) va a pasar por diferentes etapas: respiratoria, digestiva y finalmente neurológica, que dura en total entre 45 y 60 días. Que es sumamente desgastante tanto para el animal, como sus dueños y también para el veterinario. Uno ve que su paciente va sufriendo estas etapas y los tratamientos son paliativos. Es por eso que comprendo perfectamente a los colegas que ya no dan más cuando comienzan los gritos y convulsiones. Pero les cuento que hay esperanzas. En nuestra estadística la mortalidad es del 50%, lo que quiere decir que la mitad de los animales que pasan por esta etapa grave de síntomas nerviosos, se van a salvar. Uno de los tres últimos casos tratados ya está bien, se va a salvar. Los otros dos que son más recientes están en tratamiento todavía, luchando para poder pasar este trance. Aclaro nuevamente que los tratamientos son individuales. Están dirigidos hacia tres puntos importantes. El primero es al paciente. De acuerdo con sus características y a cómo va llevando su enfermedad, como va reaccionando, se elige un medicamento homeopático que llamamos constitucional. Luego vamos a tratar la parte inmunológica para combatir al virus y sus consecuencias. Para ello tenemos un arma importante llamada NOSODE MOQUILLO. Es un medicamento que está elaborado con secreciones patológicas de muchos perros con moquillo recolectadas de varios lugares del país. Se inactiva el virus con formol, para que la muestra no contagie y luego se lo diluye cientos de veces transformándolo en un poderoso remedio homeopático. También sirve para los trastornos que puedan quedar luego de que pase la enfermedad. Tics, mioclonías, trastornos del equilibrio o de la marcha son mejorados con este remedio. La tercera pata de nuestro tratamiento va directamente al centro neurológico. El cerebro y las meninges son el blanco para el tratamiento. Estimulando correctamente al organismo para que vaya resolviendo los problemas. Terminar con convulsiones, gritos encefálicos, parálisis etc. no frenándolos, sino estimulando los centros vitales para que sea el propio organismo el que se vaya curando. Es por eso que me niego a tirar la toalla, me niego a la eutanasia, sin antes probar un tratamiento homeopático que puede en la mitad de los casos salvar una vida. Voy a terminar la nota como la empecé. Lo mejor es prevenir. Es mucho más fácil y mucho menos costoso. LA VACUNACIÓN TEMPRANA. Lo mismo pasa con el Parvovirus, otra grave infección que padecen los cachorros. Cuando una población está vacunada en un 80% es difícil que haya algún caso. Es por eso por lo que no sólo hay que vacunar a nuestros cachorros, sino, decirle a los vecinos, parientes y amigos que también lo hagan.  Esto es lo que me mueve a escribir esta nota. La prevención y el NO a la eutanasia, sin antes probar con un tratamiento homeopático personalizado. 

Será hasta la próxima

Salud y Alegría.

Por MV. Jorge S. Muñoz
Médico veterinario homeópata

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