El mijo es un cereal con excelentes propiedades energéticas y remineralizantes. Tienen buenos niveles de hierro y de magnesio, por eso se utiliza en casos de anemia ferropénica o fatiga física. Contiene altos valores de Tiamina, riboflavina y ácido fólico, aunque niveles no suficientes de niacina (vitamina B3).
Una de sus características más destacables es su poder alcalinizante -equilibra la tan frecuente acidez corporal-. Contiene silicio, apropiado para conservar en buen estado la piel, el cabello, las uñas, los cartílagos y los huesos.
En dietas terapéuticas se utiliza para personas con debilidad digestiva, para diabéticos, vómitos, diarreas (el mijo mejor tostarlo antes de cocerlo).
Al parecer disminuye los mareos matutinos en el embarazo. Sirve también para tratar problemas micóticos como las cándidas. Ideal para niños, embarazadas y deportistas.
No contiene gluten por lo que lo pueden consumir los celiacos.
Existen 3 tipos de mijo: blanco, negro y dorado.
Es muy fácil de preparar: Lavar y escurrirlo previamente. 3 volúmenes de agua por 1 de mijo, hervir durante 20-25 minutos. En algunos casos interesará tostarlo ligeramente antes de cocinar o también añadir un poquito de sal.
Se puede utilizar para preparar cremas de desayuno, en platos dulces o salados. Su naturaleza neutra y sabor suave permite usarlo durante todo el año.