La diabetes es una enfermedad conocida desde la antigüedad.
La primera referencia escrita que generalmente se acepta corresponde al papiro encontrado en 1873 por el arqueólogo y novelista alemán George Ebers, cerca de las ruinas de Luxor.
El papiro, fechado hacia 1553 antes de la Era Cristiana, contiene todo el conocimiento médico que se había desarrollado hasta ese momento.
En él ya hay referencias a enfermos que adelgazan, tienen hambre continuamente, orinan en abundancia y padecen una sed intensa.
Los primeros físicos y médicos describen esta dolencia como “la enfermedad de la orina dulce,” lo cual nos dice algo acerca del rudimentario sistema que tenían en esas épocas para determinar el nivel de azúcar en orina, que consistía en probarla.
En el año 1675 el doctor Thomas Willis hizo una descripción de la orina dulce de los diabéticos y llevó a cabo precisas observaciones acerca de la sintomatología clínica.
Tendiendo en cuenta el sabor dulce de la orina característico de esta enfermedad, le dio el nombre de “diabetes mellitus”; esto es, “sabor a miel”.
Como queda documentado, la diabetes ha sido objeto de estudio desde tiempos lejanos.
Los conocimientos se han ampliado notablemente en nuestros días gracias a la constante investigación, y cada vez hay una mayor difusión de los cuidados necesarios.
A pesar de eso, y de modo muy llamativo, los casos de diabetes se siguen incrementando cada vez más.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su primer “Informe Mundial sobre la Diabetes” afirma que “el mundo se enfrenta a una marcha implacable de la diabetes” y sostiene que una de cada 11 personas en el mundo ya padece el trastorno.
Y todavía más! Las cifras indican que el número de personas afectadas, prácticamente se cuadruplicó en los últimos 30 años.
“Es una enfermedad silenciosa, pero su marcha está siendo implacable y tenemos que detenerla”, expresó a la BBC Etienne Krug, responsable de los esfuerzos de la OMS en la lucha contra la enfermedad.
Desde el punto de vista holístico, son varias las causas que confluyen para que esta verdadera pandemia de diabetes esté afectando a tantas personas de distintas franjas etarias, inclusive niñ@s de edades cada vez más tempranas.
Las personas con diabetes, en general tienen muy en claro la prohibición de consumir azúcar o alimentos con alto contenido de hidratos de carbono, y saben qué es lo que pueden comer y de qué alimentos deben abstenerse.
Pero en nuestra Escuela de Cocina Naturista hemos detectado la recurrencia de un problema en particular, que padecen las personas con diabetes y es que, a la hora de endulzar las bebidas o los postres, muchas veces no saben con qué hacerlo.
En esta nota nos proponemos reflexionar al respecto y dar alguna respuesta a este tema, que hasta ahora se cerraba casi con exclusividad en torno a los edulcorantes sintéticos.
Los profesionales de la salud tradicionales solo recomiendan edulcorantes sintéticos y la industria aprovecha esta situación para inundar el mercado de productos con edulcorantes artificiales.
Los edulcorantes naturales son ignorados y dejados de lado.
Vamos a analizar unos y otros, siempre desde una perspectiva naturista que apunta a promover la Salud y despertar así la capacidad auto curativa del organismo.
¿EDULCORANTES NATURALES
O ARTIFICIALES?
Ante todo, definamos qué entendemos por “edulcorante”.
Se le llama edulcorante a cualquier sustancia, natural o artificial que sirve para dar sabor dulce a un alimento o producto que de otra forma tiene sabor amargo.
a. EDULCORANTES NATURALES
Llamamos así a los que tienen una procedencia biológica, es decir, que provienen de alguna planta y han sido modificados para su consumo.
b. EDULCORANTES ARTIFICIALES
A diferencia de los naturales, son edulcorantes sintéticos que han sido creados “desde cero” por el ser humano, a través de combinaciones químicas en un laboratorio.
Está comprobado que estos últimos pueden desencadenar reacciones nada deseables en el organismo.
Un estudio reciente publicado en la revista Nature afirma que el consumo continuado de edulcorantes artificiales puede producir un importante desequilibrio de la microbiota intestinal.
Ese desequilibrio de la microbiota deriva en una mayor intolerancia a la glucosa, incluso en personas no diabéticas.
Por lo tanto, no es aconsejable el uso indiscriminado de edulcorantes como la sacarina, el acesulfamo o el aspartamo.
Sin duda, es el momento de buscar opciones más naturales para endulzar la dieta.
Ya no se trata de cuestionar si “produce o no produce cáncer” como argumento central para consumir o no estos edulcorantes artificiales.
Como parte del cuidado individual, es importante que la persona diabética tome participación activa en el asunto buscando la información más saludable y natural.
Es importante leer minuciosamente las etiquetas de los productos y no guiarse solamente por el rótulo de “dietético”, optando siempre por los endulzantes naturales.
¿CUÁLES SON LOS EDULCORANTES NATURALES?
La naturaleza nos ofrece opciones más sanas que el azúcar refinado o los
edulcorantes artificiales.
Son alternativas naturales adecuadas para diabéticos, pre diabéticos o para quienes quieren regular su índice glucémico.
En cuanto a las cantidades a usar, depende del gusto y del dulzor que se quiera dar. Es muy personal y conviene ir probando.
STEVIA: Se trata de un edulcorante natural procedente de una planta de hojas verdes, la stevia rebaudiana.
Endulza 300 veces más que el azúcar y su sabor es muy dulce, con un ligero toque a regaliz. Tiene una alta resistencia al calor, hasta 200° C.
Tiene múltiples propiedades beneficiosas para nuestro organismo: es antidiabética, antioxidante, antibacteriana, reduce la tensión arterial y no es calórica.
Su mayor beneficio es que permite al organismo suprimir los niveles de azúcar en el plasma, aumentando la tolerancia del cuerpo a la glucosa.
Además aporta, entre otros beneficios, un aumento del efecto de la insulina, a la vez que normaliza los niveles de glucosa en sangre.
Para beneficiarnos con estas propiedades, se recomienda la stevia en forma de hoja seca.
La que se ofrece en polvo o líquida no es totalmente natural y debe controlarse su consumo.
Sugerencia: Para reemplazar 100 gramos de azúcar, dividimos por 300, que es su poder endulzante y nos da 0.33 gramos lo que tenemos que usar.
SUCRALOSA: Edulcorante natural que proviene de la caña de azúcar, de sabor más parecido al azúcar, algo más suave.
Es una opción adecuada para aquellas personas a quienes no les gusta el sabor de la stevia. Su resistencia al calor es alta, hasta 200°C
Sus hidratos de carbono pasan directamente al aparato excretor sin ser absorbidos por el organismo. Por ello no altera los niveles de glucosa en sangre.
Al no metabolizarse para obtener energía, no tiene calorías.
Sin embargo se debe tener en cuenta que en algunos casos la sucralosa se comercializa mezclada con otros componentes para su conservación y practicidad. En este caso puede tener algunas calorías.
Sugerencia: Para reemplazar 100 gramos de azúcar, dividimos por 600, que es su poder endulzante y tenemos que usar 0.16 gramos.
AZÚCAR DE COCO: Se obtiene de la savia de la flor de coco, al secarla y calentarla. Su sabor es dulce y similar al azúcar de caña.
El índice glicémico del azúcar de coco es de 35 y es casi todo carbohidratos (94%)
Es rico en nutrientes como aminoácidos, zinc, calcio o potasio y si bien su índice glicémico es bajo se recomienda un consumo moderado porque tiene las mismas calorías del azúcar común y su composición sigue basándose en azúcares que en cantidades medias/grandes eleva el nivel de glucosa en sangre.
XILITOL O AZÚCAR DE ABEDUL: Es un polialcohol que se obtiene de la corteza del abedul, a partir de la celulosa de su madera.
Su sabor es similar al azúcar de mesa y su aspecto es parecido al del azúcar blanco.
Tiene un índice glucémico de 7, no altera significativamente los niveles de glucosa e insulina en sangre ni aumenta tampoco la resistencia a la insulina.
Tiene algunos inconvenientes: un porcentaje de xilitol se transforma en glucosa en el hígado y, además, un consumo excesivo de xilitol puede provocar problemas digestivos y efectos laxantes.
La sugerencia para personas con diabetes es que moderen su uso.
OTROS ALCOHOLES DE AZÚCAR
Son componentes que se encuentran en las bayas y en las plantas.
Pueden ser una alternativa del azúcar, pero su consumo debe regularse y cuidar de no excederse.
Algunos de los alcoholes de azúcar más comunes, además del xilitol, son:
Sorbitol
Eritritol
Su gusto es menos dulce que el del azúcar y el de los edulcorantes para diabéticos artificiales y pueden ser digeridos por el intestino.
Para finalizar…
Señalamos parte de las opciones para que las personas diabéticas puedan endulzar tanto sus bebidas como sus postres.
Cada día se encuentran nuevas alternativas en los almacenes naturales y no cabe duda de que poco a poco se hallarán más opciones naturales.
Lo importante es tomar conciencia de que los tradicionales edulcorantes artificiales tienen importantes contraindicaciones y que, además, producen adicción.
Volvamos a la Madre Naturaleza que con su bondad y sabiduría nos provee de todo lo que nuestro organismo necesita, aun padeciendo diabetes.
Juana Tucci
Directora de IATENA
info@iatena.com.ar
www.iatena.com.ar