1- Ahorra energía en tu propia casa. Su derroche no aumenta tu calidad de vida. Apaga las luces que no necesites. Optimiza el uso de electrodomésticos, especialmente los tres grandes: heladera, lavarropas y plancha. Modera el nivel del aire acondicionado. Será bueno para tu planeta, y de paso, para tu bolsillo.
2- Cuida el agua; es un bien cada vez más escaso. Su conservación ha llegado a ser vital. La ducha, mejor que el baño: puedes ahorrar hasta 230 litros cada vez. No aprietes innecesariamente el botón del baño, reduce el volumen de su tanque introduciendo una botella tapada llena de arena en su interior. No pongas en marcha el lavavajillas o el lavarropas hasta que su capacidad esté completa. Al limpiarte los dientes o al afeitarte no dejes correr el agua de la canilla. Evita pérdidas y goteos.
3- Limita el uso de los plásticos. Son costosos de producir, no se degradan en la naturaleza. Ocupate de separarlos para su reciclado. Lleva tus propias bolsas al hacer las compras. Reutiliza las bolsas de plástico de los supermercados para guardar la basura. No compres productos con exceso de envoltorios.
4- No produzcas basura. Disminuye tu producción de desechos. Compra productos mínimamente envueltos. No utilices artículos descartables. Reutiliza folletos gratuitos. Recuerda la ley de las tres “R”: Reducir, reutilizar y reciclar.
5- Utiliza envases buenos para el ambiente. Opta por los productos que vengan envasados en recipientes ecológicos, como las botellas de vidrio retornables. Rechaza los antiecológicos. Evita los aerosoles cuando están cargados con CFC (clorofluorocarbonos).
6- No almacenes un arsenal químico. Abrillantadores, ambientadores, desatascadores, detergentes, pilas, pinturas, termómetros. Las potenciales consecuencias sobre el ambiente de todos los pequeños productos químicos que se utilizan habitualmente en nuestras viviendas son enormes. Nunca tires productos químicos por el inodoro.
7- Envía a reciclar papel y cartón, es fundamental que lo hagas. Es muy útil y si se descarta mal es un recurso inutilizable.
8- Usa racionalmente el auto. Procura utilizarlo sólo cuando sea necesario. No recurras a él en trayectos cortos, especialmente en el corazón de las ciudades. Mejor caminar, ir en bicicleta o utilizar transportes públicos. Cuando adquieras un coche nuevo, prefiere uno que consuma poco combustible, sin plomo, y equipado con catalizador.
9- Cuida el campo y espacios verdes. Cuando vayas dejá el entorno tal como lo has encontrado. Llevá contigo las basuras. No hagas fuego. No laves el auto en el río. No invadas lugares innecesarios con tu vehículo.
10- Piensa globalmente y actúa localmente. Practica activamente la búsqueda de soluciones a problemas ecológicos inmediatos desde tu propia casa. Presiona a tu municipio para que tomen medidas. Evita, a la hora de hacer compras, cualquier producto nocivo para el ambiente o que tengas dudas en su fabricación.