Por lo general, asumimos que nuestras malas experiencias, son producidas sólo por las condiciones que nos encontramos en la vida. Pero de esta forma no podemos justificar la mayoría de ellas, a menudo sentimos que las experiencias que tenemos son inexplicables, que no nos las merecemos, y que vivimos en un mundo injusto. Pero, de hecho, la mayoría de nuestras vivencias son producidas por acciones que cometimos en vidas pasadas.
En sus libros Camino gozoso de buena fortuna y Cómo transformar tu vida el venerable Gueshe Kelsang Gyatso Rimpoché explica que karma significa ‘acción’, y se refiere a nuestras acciones físicas, verbales y mentales. La ley del karma es un ejemplo especial de la ley de causa y efecto que establece que nuestras acciones físicas, verbales y mentales son causas, y nuestras experiencias, sus efectos.
La ley del karma explica las razones por las cuales las personas poseen una disposición mental, una apariencia física y experiencias únicas. Éstas constituyen los diversos efectos de las incontables acciones que cada individuo ha realizado en el pasado. No podemos encontrar dos personas que hayan creado las mismas acciones en vidas pasadas y, por lo tanto, es imposible encontrar dos personas con idénticos estados mentales, experiencias y apariencias físicas. Cada ser posee su propio karma individual.
El tema del karma es muy significativo, ya que nos permite comprender cómo controlar nuestras experiencias futuras abandonando las acciones perjudiciales que constituyen las causas del sufrimiento y cultivando las acciones virtuosas que constituyen las causas de la felicidad.
Guen Kelsang Rinchung
Maestra residente – C. de meditación kadampa Argentina
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