“Si usted lleva una vida sedentaria y hace muy poco o ningún tipo de ejercicio, el exceso de glúcidos en su dieta se convertirá fácilmente en depósito de grasas en los tejidos, dando lugar a problemas de obesidad. A pesar de esta advertencia, los glúcidos no deben ser excluidos de la alimentación con el fin de adelgazar y menos en forma arbitraria. Esto es debido a que la glucosa es el alimento del cerebro, y si llega en pequeñas cantidades se restringe el acceso de aminoácidos en favor de los pocos glúcidos aportados. Esto conduce a estados de malestar como irritabilidad, angustia, aumento de sensibilidad ante el dolor, y depresión. Por lo tanto es normal que cuando uno se siente deprimido tenga tendencia a comer bombones y chocolate. Esto es frecuente también en personas que están obligadas a mantener una dieta pobre en glúcidos, como los diabéticos, no siendo recomendable ceder a la tentación.”