Hace unos meses publicamos una entrevista a Ryan y Emily Rauch, dos ciudadanos del mundo, de nacionalidad estadounidense, muy rubios, altos y con el acento de las películas. Ellos dirigen Fundacion Luena que se dedica a ayudar a niños y personas en situación de calle, y a quien se lo solicite. Hoy a cuatro meses de nuestro primer encuentro, están agotados, sorprendidos, no se imaginaban que iban a ver semejante nivel de pobreza y necesidad. Porque ellos se meten allí, donde ninguno de nosotros quisiéramos estar.
Están cansados y un poco angustiados, ya casi termina su estada en Argentina, pensaban recorrer también con sus tres niños, pero es tanto el trabajo que se presenta, que hoy por hoy solo piensan en cómo organizar a todos los “ayudadores solidarios” que se les han unido en Argentina, para que la fundación continúe trabajando.
Emily: Nosotros empezamos con la olla popular mientras buscábamos organizaciones para apadrinar. Queríamos ayudar. Hay recorridos en la ciudad. Había una cantidad de gente pero un número normal, una cola, una heladera sobraba para el grupo. Ahora con dos heladeras no alcanza.
Ryan: Pensábamos que nos quedaríamos un mes. Conocimos a una persona que trabajaba con Manos que ayudan, desde esa primer cita hasta ahora conocimos 30 organizaciones más, tenemos un grupo de solidarios de 150 personas. Desde que llegamos a este café ya tengo 6 mensajes pidiendo ollas, mercadería, ropa. Hasta la amiga de una mujer que está en coma en un hospital de Escobar nos pide pañales y gasas para su amiga, porque en el hospital, no hay; y yo ya estoy buscando para llevarle a ella.
Cada mes el peso baja y es más complicado. Por ejemplo en Vicente Lopez donde hay apoyo del gobierno la mercadería no llega, entonces vamos a comprar pollo hoy, porque hay cientos de niños que hoy no tienen nada en su merendero para comer…
Tengo que destacar que Emily y Ryan casi ni necesitan que les pregunte nada, hablan, tienen mucho para decir. Ellos que se han criado en “el sueño americano” que lo han rechazado, por sentirse vacíos, que han ido a Yale, y que hoy se meten en poblaciones que ya ni se las puede llamar villas, aquí, a 20 minutos de la capital.
E:…nuestra amiga que tiene el merendero de Forte junto a su cuñada en Esteban Echeverría fue de visita a 30 cuadras a Lomas de Zamora; se encontró con barrios aún más precarios con 100 niños que no comían hacía tres días e inmediatamente ella decidió, que tenía que compartir la comida que recibía en su merendero para alimentar este barrio también…
Me muestran fotos, “parece África“, me dice Emily, se le ahoga la garganta, me muestra un zanjón, chapas… “hay dengue!”, lamentablemente no es algo que desconozcamos. “Hay cuerpos muertos de perros y gatos… en verano nos recomiendan no ir por las enfermedades pero ¿Qué haces cuando hay niños con hambre? ¿Qué haces?”
Ryan me cuenta de los chicos de baja talla, y de medicamentos que no pueden administrarles a niños que lo necesitan porque reaccionan al plomo, y esos niños tienen contaminada la sangre con plomo en muchos casos…
R: Los problemas acá son muy complejos, no vienen solamente de un político, en la Provincia nadie invirtió en 80 años, así que no es problema de un político.
E: Hay una ignorancia total. Yo no estoy sorprendida de que los políticos lo nieguen, lo niegan porque lo ignoran. Hasta que vengan a los barrios y pisen los barrios, visiten a los merenderos. Y vean a los niños que con 8 años no saben leer porque se interrumpe el desarrollo y aprendizaje.
Ya a mediados de octubre volverán a Europa, a España donde hicieron su casa, aunque se consideran ciudadanos del mundo ¿Qué va a pasar ahora con todo el trabajo realizado, como continua?
E: Espero que sobretodo hayamos dejado una huella solidaria, nos vamos a reunir con unos amigos antes de irnos para ver cuál es el futuro de la fundación aquí.
R: Conseguimos tres donaciones formales con tres organizaciones acá, eso es un logro de la fundación. Hicimos muchas relaciones con merenderos y particulares, espero que las actividades continúen.
E: Realizamos una campaña de alimentos, #Niñ@s sin hambre. En la escuela de nuestros niños se hizo una campaña de donación de juguetes y cubrimos 16 merenderos. Ahora seguimos con alimentos porque es la necesidad. Espero que esto no se mantenga así.
R: Es difícil… porque cada persona tiene su propios problemas y en el colegio cada mes los precios suben y la gente se está quejando. A la clase media es muy difícil pedirle cosas. Que vaya a comprar mercadería para alguien que no conoce es muy difícil. Para comprar medicinas es muy difícil. Entonces para cuando nos vayamos nuestra idea para cambiar es preparar a la gente con más herramientas para ganar dinero, entonces hacer talleres, para mujeres, hombres, y jóvenes principalmente. Para que puedan ganar un poco de dinero, porque la educación pública en la provincia no va a mejorar para esta generación. Así que espero que alguien venga y sirva para los hijos de esta generación. Pero esta generación está casi perdida. Lo siento, pero creo así.
¿Duro, cierto? Un cachetazo que duele en el orgullo, que es la otra cara de la vergüenza.
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