Una enfermedad incapacitante
La fibromialgia es una enfermedad multicausal que afecta al 5% de la población, con una característica, las afectadas en un 80% son las mujeres. Hasta hace pocos años esta enfermedad subdiagnosticada – por la multiplicidad y complejidad de sus síntomas- era considerada de origen mental, emparentada con la depresión; pero desde 1992 la OMS reconoce a la fibromialgia como una entidad, como una enfermedad, se la considera como concepto: “una enfermedad reumática crónica no inflamatoria que afecta por lo general a las partes blandas del aparato locomotor mayormente a los músculos y a sus fascias a los ligamentos y a los tendones y que puede estar o no asociada a otros problemas articulares, como pueden ser la Artrosis, las artritis y otras enfermedades”.
Esta enfermedad aun no es reconocida como incapacitante, aunque todas las señales indican que lo es. Actualmente en el congreso nacional se lucha por la sanción de una Ley que reconozca a la fibromialgia como enfermedad discapacitante y de esta manera recibir el amparo de la salud y apoyo social que requiere.
¿Cómo se manifiesta la fibromialgia?
Es una enfermedad que tiene múltiples manifestaciones que a veces pueden confundirse con otras múltiples enfermedades. Las personas pueden sufrir calambres en las manos o pies, sudoraciones en las manos. Manifiestan tener contracturas musculares y rigideces dolorosas en la parte axial o central del cuerpo, más frecuente al levantarse; por ejemplo, en la cintura, en la espalda baja, están como endurecidos. Están “duros”- como dicen ellos- durante dos o tres horas durante la mañana, y que pueden ir mejorando con el día en la medida que entran en calor. También suelen sentir mucho cansancio físico, fatiga física, fatiga mental, con dificultad para los nuevos aprendizajes, fatiga o desinterés sexual… por lo cual, algunos llaman también a la fibromialgia “Síndrome de Fatiga crónica”, pues los pacientes al sufrir una recaída pueden tardar varios días en poder recuperar su energía vital para realizar sus actividades cotidianas…
Es frecuente la depresión, la ansiedad, la angustia, el mal humor en estas personas, y es absolutamente comprensible, ya que padecer dolor y tantos síntomas, las hace sentir malhumoradas, con desadaptación social, lo que puede generar problemas con sus compañeros de trabajo, con su subalterno, con sus superiores.
Pueden padecer trastornos del sueño, dormitar durante el día y por la noche dificultad para conciliar un sueño reparador. Dormitar no es lo mismo que dormir.
Muchas veces estas manifestaciones se acompañan de problemas gastrointestinales. Es muy frecuente la diarrea o las constipaciones. Es usual ver asociada a la fibromialgia, el “colon irritable”, muy pero muy frecuente.
Otras tantas manifestaciones: picazón en el cuerpo, en los ojos, sensación como de febrícula, zumbidos de oído, mareo, la falta de concentración, los trastornos de la memoria, del rendimiento intelectual, cansancio intelectual.
¿Por qué esta subdiagnosticada?
Sus síntomas y signos son tan variados y tan comunes a muchas otras enfermedades que en general el paciente pasa entre dos y hasta cuatro años yendo de un médico a otro sin un diagnóstico etiológico o certero; asistiendo a consultas médicas varias con especialistas como clínicos, traumatólogos, neurólogos, médicos del dolor, psiquiatras, hasta que finalmente se hace el diagnóstico correcto por algún médico entrenado en el tema, fundamentalmente por médicos reumatólogos que son los que más tratan a esta enfermedad.
Como se trata esta enfermedad
Lo primero es explicarles a los pacientes que la fibromialgia se trata de una enfermedad crónica que puede evolucionar con períodos de recaídas. Atravesará crisis de dolor, de descompensación con periodos de recuperación o mejoría. Es una enfermedad crónica que presentará mejorías largas o duraderas con remisiones o “curaciones” que pueden producirse, según las estadísticas, en no más de un 25 o 35% de los casos. Esta es una enfermedad crónica y hay que acostumbrarse a vivir con ella de la mejor manera posible.
Esto no significa que no se pueda tratar. Sí, se puede tratar y se puede mejorar; y para eso uno tiene que saber que la tiene, ser consciente y saberla encarar con un equipo interdisciplinario, como trabajamos en Centro Rebiogral.