Ellas, ellos y elles

Deconstruir y volver a construir una nueva "verdad"

Estamos transitando un momento histórico en el que, gracias a los muchísimos años en los que se viene luchando y gritando casi sin voz, hoy se habla de igualdad entre hombres y mujeres. La constante duda y cuestionamiento llevan al diálogo entre compañeras y compañeros de todos los ámbitos para desandar, deconstruir y volver a construir una “verdad”.

Actualmente, se reconocen muchos más términos y formas de nombrar a todas las personas que existimos en la tierra. En esta nota intentaré ser lo más inclusiva que pueda –que yo pueda –sabiendo y entendiendo que este camino es largo y que aun haciendo análisis de mis modismos y creencias constantemente.

En fin, hombres, mujeres, trans, travestis; existimos de muchas maneras y somos diferentes. En varios contextos (económico, social, cultural, político, etc.) aún abundan las diferencias entre géneros y la lucha que llamamos feminista busca reivindicar los derechos de quienes menos valor tenemos, intentando visualizar y corromper el poder que se le ha dado desde tiempos inmemorables al género masculino, hombre.

Sin embargo, en grandes rasgos, nuestro mundo está binarizado: sos hombre o sos mujer, sos hetero u homosexual, te gusta esto o aquello. Y aquí es donde entra el fuerte cuestionamiento que viene resurgiendo y tomando fuerza.

Ahora bien, es verdad que se busca la igualdad de género, ¿pero esto quiere decir que somos iguales? No, claro que no. Cuando hablamos de una igualdad, nos referimos simplemente a valorar las diferencias pero a no escalonarlas, no poner a unas por encima de otras en diferentes aspectos de nuestra vida, como los nombrados anteriormente.

Las diferencias empiezan desde el inicio de nuestra vida y tienen que ver, principalmente con una cuestión biológica. Y con esto, quiero decir que sí, unas personas tienen un órgano reproductor, otras tienen otro, más o menos testosterona, etcétera, etcétera.

Pero las diferencias son mucho más profundas. Hay quienes nacen con sexo masculino, pero son mujeres, y al revés. Hay quienes nacen con sexo femenino pero deciden ser hombres y al revés. Y tantas otras combinaciones posibles.

En nuestra sociedad, está muy marcada la diferencia de sexos e incluso se la lía a un género (masculino o femenino, sola e indiscutiblemente), y esta diferencia es irrelevante. Es decir que si alguna institución social, sea cual fuera, marca esta diferenciación, es opresora y debería revisar sus formas.

Este cambio de paradigma, esta “perspectiva de género”, no es sencilla de tratar, de realizar y lleva un gran análisis y revisión de nuestros actos y nuestras formas.

En síntesis, hablar de igualdad y simplemente referirnos a hombres y mujeres, nos coloca en una posición desigual, binaria donde solamente debemos ser iguales ante la ley quienes tengamos sexo femenino y seamos mujeres heterosexuales con quienes tengan sexo masculino y sean hombres heterosexuales, dejando afuera a muchas personas que no se sienten representadas en ninguna de estas dos categorías.

Quiero decir, entonces, que debemos celebrar las diferencias, reconocerlas, aceptarlas, y comprender y valorar que somos personas que merecemos el mismo respeto y la misma oportunidad ante la ley, el trabajo, la cultura, la sociedad y demás.

Invito a que nos cuestionemos, a que comencemos este camino de revisión, de análisis. No a que pensemos lo mismo, pero sí que respetemos las diferencias, no que queramos imponer nuestra forma y nuestro pensamiento pero que escuchemos y no cuestionemos los sentires de otras personas que han sido y son oprimidas en muchos aspectos. Nos invito a reflexionar, a dejarnos atravesar por este cambio de paradigma, por esta nueva forma de ver las cosas y que nos tomemos el tiempo para oír, para dialogar y sobre todo, para replantearnos, reafirmar o deconstruir lo que nos están mostrando otras personas diferentes que merecen el mismo trato. Qué vivan las diferencias, sí. Pero que nos traten igual: bien.

Gisela Medrano
CONVIVIR

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1 COMENTARIO

  1. No comparto tu nota y me parece que querés quedar bien con unos cuantos. Muchos estamos sufriendo por este supuesto «Cambio de paradigma» no siempre son positivos. A veces confunden y degradan a la sociedad, que quiere vivir en paz y tranquilidad.Toda la vida existieron personas diferentes, antes la discusión era por la gente llamada «de color», todavía siguen siendo apartados, ni hablar de las diferentes religiones, ahora se agrega la mélange de los sexos. Lamentablemente muchos tenemos que callarnos porque hay una intolerancia total, para quedar bien tenés que poner «todes», porque sino sos un cavernícola, a buena hora que lo soy, hay muchas personas que como dije al principio, estamos lamentando este descenso en la moral y valores, lo más preocupante son los niños, que no entienden nada de esto y que sus pobres cabecitas ya están muy dañadas.

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