El principal depurador y eliminador de toxinas es el hígado; si constantemente estamos exponiendo a este noble órgano se genera una caída de su función, disminuyendo por lo tanto la eliminación de sustancias toxicas las cuales retornan a la circulación sanguínea y van siendo acumuladas en diferentes partes de nuestro organismo. Lo mismo sucede con el sistema linfático el cual se encarga entre otras cosas de eliminar sustancias extrañas que ingresan a nuestro organismo. Así el cuerpo se va cargando de sustancias toxicas, las cuales a largo plazo generan diferentes afecciones.
Sumado a eso, el consumo constante de productos con alta concentración de grasas saturadas va generando que la bilis se vuelva más espesa y como producto final aparecen los famosos cálculos biliares interfiriendo en la función del hígado. El primer paso que debemos tomar es dejar el hábito “supermercado”, porque allí se encuentran comúnmente y simple alcance de la mano los productos con mayor contenido de toxinas alimentarias y cero contenido de nutrientes reales. Debemos retomar la compra de cada alimento en su local: las verduras y frutas en la verdulería, sin latas o paquetes de plástico, sin envases que las traigan congeladas, ni cajas de conserva; por su lado los cereales integrales, el pan y las legumbres en la dietética. Y sí elegís consumir carne – lo cual también será materia de otro artículo – mejor comprarla en la carnicería o la pescadería. ¡Te aseguro que no solo va a mejorar tu salud sino también tu economía! A su vez, es importante volver a cocinar en casa y producir nosotros mismos lo que vamos a consumir. De esta forma sabremos exactamente que estamos comiendo.
Catalina Coscia catacoscia@gmail.com