En estos tiempos de crisis nos podemos preguntar cómo se puede vivir sin estrés. Pensemos que es denominada la enfermedad del siglo XXI.
El estrés es la respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante situaciones que nos resultan amenazadoras, desafiantes. Éste es un proceso de interacción entre el entorno y nuestras respuestas cognitivas, emocionales y físicas.
En el estado de estrés nos encontramos con tres fases. La primera es la de alarma que es cuando una situación excede nuestro control, la segunda la de resistencia que es cuando no podemos cambiar la situación y el organismo moviliza todos los recursos para adaptarse a la nueva situación. Luego de esta situación viene la fase de agotamiento ya que al no poder cambiar la situación que nos produjo ese estrés y no ver la salida de la situación se agotan nuestros recursos emocionales y orgánicos.
En estos tiempos que nada es estable, el estado de alerta es una constante que nos hace vivir en estado de alerta. Y lamentablemente aunque la vida es incierta podemos proyectar en algo que pueda ser real, en cambio, cuando la economía de un país está en riesgo no podemos proyectar aunque tengamos la fe y esperanza que todo cambie.
Los gastos, las deudas, la inestabilidad nos supera, ¿Cómo podemos encontrar el equilibro interno si afuera no hay estabilidad? ¿Qué hacer para no enfermar?.
Primero tenemos que tener en cuenta que si nos enfermamos traemos a nuestra vida un problema más. Es mentira que nosotros podemos controlar algo, si prever una situación, más que eso es imposible.
Si nos vivimos quejando, discutiendo como son las cosas lo único que logramos es estresarnos más. Lamentablemente lo que nos queda es la aceptación de cómo estamos viviendo, que no quiere decir resignación. Aceptar es reconocer lo que pasa y buscar salidas, resignarse es quedarse con lo que está sucediendo sin ánimos de lucha, ni fe ni esperanza.
Uno no puede decirle a una persona que se está por quedar sin trabajo, o no llega a fin de mes que no se preocupe, pero si le podemos decir que lamentablemente estamos viviendo así y que hay que buscar salidas, siempre, aunque sean chiquititas las hay. No nos quedemos siendo víctimas de esta situación seamos fuertes para sobrepasarla. Una vez que hayamos mirado la situación con otros ojos el estado de alerta de estrés va a bajar y así nos estaremos cuidando.
En la terapia floral encontramos muchas herramientas como HOLLY para ver las cosas de otra manera, MIMULUS para la ansiedad a los miedos conocidos, IMPATIENS para la irritabilidad del sistema nervioso, OAK para el cansancio de la situación, WALNUT para los cambios, RED CHESNUT preocupación por otros, DANDELOIN para dominar el enojo, VINE para la tensión interna; ELM STRAR OF BETHLEHEM nos proporciona claridad mental… Estas son solo algunas de las tantas flores que nos pueden ayudar. Todo tratamiento es personal.
También en la fitoterapia encontramos algunas plantas como el Laurel que nos ayuda en esas noches que no podemos dormir por causa de la ansiedad, el Espino Blanco que nos calma la ansiedad, la angustia. La ortiga que nos ayuda a la regulación del sistema nervioso. La Melisa, la Matricaria, la Valeriana, la Pasiflora entre otras. Siempre hay que recordar que las plantas también tienen contraindicaciones por eso siempre hay que consultar.
La caminata, pasar un rato con amigos, la distracción, mirar las cosas en positivo son excelentes herramientas para pasar este tiempo de crisis.
Buena vida. NAMASTE.
Alejandra Giammarino
Terapeuta
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