“Un aspecto íntimamente relacionado con el buen metabolismo, aunque poco tenido en cuenta es: el equilibrio intestinal. En esta zona se producen los principales procesos de absorción de nutrientes y eliminación de toxinas. Los intestinos (delgado y grueso) están poblados por millones de microorganismos (flora intestinal) que cumplen gran cantidad de funciones útiles para el correcto metabolismo del alimento. Pero varios factores conspiran contra este delicado equilibrio. Los antibióticos (sean de ingesta directa o indirectamente a través de alimentos que los contienen) destruyen la flora, impiden la correcta absorción de nutrientes (anemias) y generan fermentaciones y procesos inflamatorios. Esto se ve agravado por los residuos putrefactivos de proteínas animales y refinados (cereales y azúcar).
En este contexto se desenvuelven las bacterias intestinales, cuya presencia es beneficiosa para el organismo, tal como lo demuestran recientes investigaciones. Pero agredidos por los antibióticos y en medio de una flora putrefactiva, se multiplican de modo anormal, generando, entre otras cosas, un deficiente metabolismo que tira por tierra todo lo que podamos hacer de bueno en materia nutricional.
Para cuidar el equilibrio de la flora intestinal es importante evitar los antibióticos o productos que los contienen (lácteos, carnes) y aportar buena dosis de fibra (evitar refinados y privilegiar alimentos integrales, verduras y semillas) y lactobacilos (yogurt natural, chucrut sin pasteurizar). También son importantes las pectinas (cáscaras de frutas, jalea de membrillo) y mucílagos (semillas de lino). Fluidificando el tránsito intestinal, la fibra evita la flora putrefactiva y mejora el drenaje de toxinas, impidiendo la reabsorción de desechos en el intestino.
No olvidemos que el organismo trabaja en homeostasis, es decir con el objetivo de mantener un equilibrio de funciones que sostenga eficientemente la vida y soporte las condiciones adversas, generando el menor daño posible. Esta maravillosa capacidad de adaptación del cuerpo nos permite funcionar en aparente normalidad a pesar de llevar un estilo de vida antinatural. Por ello, remover delicados equilibrios sostenidos durante mucho tiempo, requiere paciencia. El hombre está condicionado fuertemente por sus hábitos y no es conveniente subestimar su poder. Maestros orientales aseguran que hacen falta entre 7 y 8 años para establecer definitivamente un nuevo hábito. Esto explica el por qué de los fracasos cuando en un mes se pretenden cambiar patrones alimentarios que llevan décadas consolidándose.
Calidad de vida = Equilibrio de los sistemas hormonal e inmunológico
– Ausencia de enfermedad
– Buen nivel de energía
– Retraso del envejecimiento
– Buen manejo del estrés
Factores que afectan negativamente:
– Ambientales (contaminación química y electromagnética): difícilmente controlables
– Emocionales (situaciones traumáticas y de tensión): medianamente controlables
– Nutricionales (buena calidad y correcta dosificación): altamente controlables”.
Extracto. Intestinos: Técnicas caseras para una vida saludable, Castells/ Palmetti. www.prama.com